Es curioso cómo el dinero es una prioridad para tanta gente y luego está ese padre que se pone muy enfermo y literalmente muere delante de tus ojos, como una vela que se desvanece y entonces ves que no importa ni la fortuna, ni las fichas, ni nada.
El tiempo es el activo más valioso, solo un recordatorio para los más codiciosos.
De repente, deseas que las cosas fueran diferentes.
Lo siento, no puedo ir a un psiquiatra, no puedo dormir, así que ahí vamos.
Es lo que es.