El amor es el hilo dorado que conecta las almas. En la firma de sillas del Museo Nobel, Han Jiang firmó su nombre junto a los dos galardonados anteriores, Annie Ernaux y Jorn Riel, en la madrugada del 8 de diciembre, Han Jiang dio un discurso de aceptación titulado "Luz y Línea" en la Academia Sueca. En su discurso, comenzó con los versos que escribió en su infancia y relató el camino creativo detrás de cada obra, cuestionándose constantemente: "¿Por qué el mundo es tan violento y doloroso? Sin embargo, ¿por qué el mundo también es tan hermoso?". Ahora se da cuenta de que todo es debido al amor que siente por la humanidad detrás de sus palabras, lo que la lleva a regresar una y otra vez a los lugares históricos, permitiendo que las emociones fluyan a lo largo de la línea de las palabras, transmitiéndolas a un lector: "Intento inyectar en mis frases esas sensaciones vivas que siento como un mortal cuya sangre fluye en su interior, como si estuviera liberando una corriente eléctrica. Cuando siento que esta corriente llega al lector, me siento asombrada y conmovida. En esos momentos, vuelvo a experimentar la línea del lenguaje que nos conecta, y cómo a través de esta corriente vital me relaciono con los lectores."