Google presentó recientemente Willow, su nuevo chip cuántico de 105 qubits, capaz de resolver en menos de cinco minutos problemas que a las supercomputadoras clásicas les llevarían miles de millones de años.  Este avance se basa en una reducción significativa de las tasas de error a través de estrategias de corrección en tiempo real, lo que marca un paso crucial hacia computadoras cuánticas confiables. 

En cuanto a la seguridad de los datos, aunque las computadoras cuánticas tienen el potencial de amenazar los sistemas de criptografía actuales, se están desarrollando soluciones de criptografía poscuántica para contrarrestar estos riesgos. Google participa activamente en estos esfuerzos, incluida la adopción de protocolos de comunicación internos resistentes a ataques cuánticos. 

Además, la potencia informática de Willow se puede utilizar para fortalecer la seguridad mediante el desarrollo de algoritmos criptográficos más sólidos, garantizando la protección de datos en la era cuántica.

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