¿QUÉ ES UN ETF?
Un ETF (Exchange Traded Fund) es un valor financiero respaldado por uno o más activos. Pueden ser acciones, materias primas, materias primas, etc. Se negocian en una plataforma de divisas y pueden estructurarse de diversas formas. Los ETF no son derivados estrictamente hablando. Se parecen más a fondos mutuos: los operadores de ETF invierten directamente en el activo subyacente. Por tanto, un ETF puede seguir el precio de un índice, de un único producto básico o representar una estrategia de inversión en un sector industrial específico.
Tienen ventajas innegables. En primer lugar, son fácilmente intercambiables. Su precio fluctúa durante el horario de apertura del mercado, dependiendo de la oferta y la demanda. Son una buena opción para el inversor que quiere diversificarse porque pueden combinar muchos activos en un solo valor. Además, sus comisiones resultan muy atractivas para el inversor, especialmente en el caso de que el ETF incluya varios activos.
Existen aproximadamente dos tipos de ETF: gestión pasiva o activa. En el primer caso, simplemente reproducen el comportamiento de su subyacente. En el caso de una gestión activa, los operadores de valores ajustarán periódicamente la cartera, modificando su composición, comprando y vendiendo los activos subyacentes, o modificando sus proporciones. Este tipo de gestión puede ofrecer un mejor rendimiento, pero genera más costes.