Raj había abandonado la universidad con grandes sueños pero poco dinero. Un día, escuchó una conversación en un café sobre una nueva criptomoneda, GreenToken, enfocada en financiar proyectos ambientales. Intrigado, gastó $1,000, todos sus ahorros, para comprarla.
Pasaron los meses y el valor se redujo a la mitad. Raj dudó de sí mismo, pero aguantó. Entonces, un anuncio repentino de noticias: GreenToken se asoció con una ONG global para plantar mil millones de árboles. Su valor se disparó de la noche a la mañana.
Los $1,000 de Raj se convirtieron en $100,000. En lugar de gastarlo todo, donó la mitad para financiar proyectos de agua potable, asegurando que su éxito ayudara a más que solo su billetera.