Las criptomonedas son cada vez más importantes en la economía actual y ofrecen nuevas oportunidades para almacenar y transferir fondos. Una de las principales ventajas es la descentralización: la ausencia de intermediarios como los bancos reduce los costos de transacción y garantiza un flujo de fondos más rápido. Esto es especialmente cierto para los pagos internacionales, donde las instituciones financieras tradicionales cobran tarifas elevadas y pueden tardar varios días en procesar una transferencia.
Además, las criptomonedas brindan mayor seguridad. Gracias a la tecnología blockchain, todas las transacciones se registran en una base de datos distribuida, lo que prácticamente elimina la posibilidad de fraude o manipulación. Las billeteras de criptomonedas están protegidas por criptografía, lo que las hace menos vulnerables a la piratería en comparación con los sistemas bancarios tradicionales. Este factor atrae la atención tanto de usuarios individuales como de empresas que valoran la privacidad y la seguridad.
Las criptomonedas también abren el acceso a servicios financieros para quienes no tienen acceso al sistema bancario. Alrededor de 1.700 millones de personas en el mundo no tienen cuentas bancarias, pero muchos de ellos tienen teléfonos inteligentes, lo que permite el uso de plataformas de criptomonedas para almacenar e intercambiar fondos. Esto ayuda a ampliar la inclusión financiera y promueve el crecimiento económico en regiones donde los bancos tradicionales no pueden funcionar eficazmente.