En 2021, Ahmed Al-Hilali era un joven sencillo que trabajaba en un empleo humilde, pero era ambicioso y soñaba con cambiar su vida para mejor. Empezó a oír por todas partes hablar de monedas digitales, especialmente de historias de personas que se hicieron ricas de la noche a la mañana. Ahmed decidió apostar con 1.000 dólares, que era todo lo que había podido ahorrar con tanto esfuerzo, y depositó la cantidad en una plataforma de inversión mientras descansaba en su coche camino al trabajo. No tenía ni idea de trading y análisis, sólo tenía idea. Tenía una pasión por la riqueza que lo controlaba por completo.
Mientras conducía su automóvil hacia el trabajo ese día, su mente estaba preocupada por sueños de riqueza, pero no prestó atención al semáforo en rojo frente a él. Ocurrió un terrible accidente que lo puso entre la vida y la muerte. Ahmed sufrió una conmoción cerebral grave y entró en coma que duró unos nueve meses. Durante este período, su familia perdió la esperanza de que volviera a la vida como era. Cuando recuperó la conciencia a mediados de 2022, apenas recordaba su pasado, ya que había perdido partes de su memoria, incluida su inversión en monedas digitales.
Con el tiempo, y con tratamiento físico y psicológico, Ahmed empezó a recuperar partes de su memoria. En el año 2023, mientras estaba en el pico de su desesperación y sufrimiento, recordó su viejo teléfono, cuya pantalla estaba rota y poco podía ver. Lo había tirado al armario y lo reemplazó por otro teléfono. Abrió el teléfono para revisar los mensajes y recuerdos antiguos, y durante ese tiempo vio una notificación de la plataforma donde estaba depositado su dinero antes del accidente. De repente, recordó su inversión y recordó que había puesto todos sus ahorros en ella, por lo que decidió abrir la aplicación.
La situación de Ahmed en aquel momento era trágica. Perdió su trabajo debido a su larga ausencia y su casa quedó hipotecada por acumular deudas. Cogió su teléfono y fue a recuperar su cuenta. Tuvo dificultades para recordar la contraseña, pero después de muchos intentos, finalmente pudo iniciar sesión en su cuenta.
La sorpresa fue demasiado grande para creerla. Su pequeña inversión que comenzó con 1.000 dólares ha crecido hasta más de 350.000 dólares, gracias al auge de las criptomonedas durante ese período. Una de las monedas en las que invirtió se había disparado su valor, haciéndolo sentir como si estuviera vivo nuevamente.
Con este dinero, Ahmed pagó sus deudas, recuperó su casa y comenzó un proyecto privado para asegurar su futuro. Pero nunca olvidó la lección que aprendió: que la vida puede cambiar en un instante, y que la suerte por sí sola no basta; La perseverancia y la fe en las oportunidades son las que marcan la diferencia.