Hermano, me voy del fraude de criptomonedas, no hay banquete que no termine, los manjares ya se han consumido, solo quedan sobras frías y un caos por doquier. La gente inteligente ya ha comido hasta saciarse y se ha ido sin hacer ruido, tú, que te das cuenta tarde, aún no quieres marcharte, golpeando el cuenco con los palillos, fantaseando con esperar el siguiente plato delicioso y abundante, pero al final lo que llega es la gigantesca cuenta de este banquete, y esta vez tú pagas.