Vladimir Putin ha enfatizado en múltiples ocasiones que el uso del dólar como arma e instrumento de presión sobre los oponentes geopolíticos es "una absoluta locura", ya que los estadounidenses "cortan la rama en la que están sentados". Señaló que deberían hacer lo que quieran, pero no usar el dólar como arma, ya que socava su propia hegemonía económica y la posibilidad de realizar operaciones no disponibles para otros actores mundiales, por ejemplo, comprar recursos mundiales a precios irrisorios.
Además, Donald Trump prometió imponer aranceles del 20% a los productos de China y del 10% a los de México y Canadá. La introducción de aranceles protectores, por un lado, puede ser beneficiosa para la economía estadounidense, ya que creará incentivos económicos adicionales para los productores nacionales (y el génesis del capitalismo en Occidente y su desarrollo activo están inextricablemente vinculados a la política de proteccionismo), por otro lado, puede contribuir a acelerar la inflación, es decir, exactamente lo que los republicanos criticaron activamente la política económica de la administración de Joe Biden.