El colapso del ambicioso proyecto de criptomoneda de Facebook, Libra, marcó un capítulo importante en la historia de la empresa y de la industria de las criptomonedas en general. Inicialmente concebida como una moneda digital global capaz de alterar las finanzas tradicionales, Libra tenía como objetivo revolucionar la forma en que las personas transferían dinero, en particular en los países en desarrollo. Sin embargo, el proyecto se ha enfrentado a numerosos reveses y desafíos, y finalmente no ha logrado cumplir sus ambiciosos objetivos. Según las opiniones de ex ejecutivos de Facebook, está claro que la desaparición de Libra se debió a una compleja red de errores regulatorios, técnicos y estratégicos.

La Audaz Visión de Libra

Cuando Libra fue anunciada por primera vez en 2019, la ambición detrás de ella no era menos que innovadora. La idea era crear una moneda digital global y descentralizada respaldada por una canasta de activos estables como el dólar estadounidense, el euro y otros. La esperanza era que Libra proporcionara un medio estable y económico para realizar transacciones transfronterizas, especialmente para personas sin acceso a servicios bancarios tradicionales.

El proyecto fue inicialmente liderado por el equipo de Calibra de Facebook (ahora Novi) y fue respaldado por una coalición de gigantes tecnológicos, instituciones financieras y organizaciones sin fines de lucro. En su núcleo, Libra estaba destinada a cerrar la brecha entre los no bancarizados y el sistema financiero, utilizando la enorme base de usuarios de Facebook para asegurar una adopción amplia.

Desafíos Regulatorios: Un Factor Clave en la Caída de Libra

Uno de los factores principales detrás del colapso de Libra fue la intensa supervisión regulatoria que enfrentó. Gobiernos y reguladores financieros de todo el mundo fueron rápidos en expresar preocupaciones sobre el potencial del proyecto para interrumpir las monedas nacionales, facilitar el lavado de dinero y socavar la estabilidad financiera. A pesar de las garantías de Facebook de que mantendría un enfoque responsable, el proyecto fue visto con escepticismo por los reguladores, particularmente en EE. UU. y Europa.

En un testimonio ante los legisladores de EE. UU., los ejecutivos de Facebook—incluido David Marcus, quien lideró el proyecto Libra—lucharon para convencer a los reguladores de que el proyecto operaría dentro de los confines de las regulaciones financieras existentes. La naturaleza global de la moneda también planteó preocupaciones sobre su potencial para eludir las leyes locales y los sistemas fiscales. Se hizo cada vez más evidente que la promesa de descentralización de Libra no se alinearía con los marcos regulatorios que rigen las monedas tradicionales.

Luchas Internas y Resistencia Corporativa

Los desafíos regulatorios no fueron los únicos obstáculos que enfrentó Libra. Internamente, el proyecto luchó por mantener la unidad entre sus muchos interesados. Si bien Facebook (ahora Meta) tenía la infraestructura y la base de usuarios para hacer de Libra una realidad, la reputación de la compañía y su historia de problemas de privacidad de datos hicieron de ella un socio difícil para muchas corporaciones y gobiernos. Instituciones financieras importantes, como PayPal, Mastercard y Visa, se unieron inicialmente a la Asociación Libra, pero luego se retiraron, citando preocupaciones sobre la presión regulatoria y la viabilidad a largo plazo del proyecto.

También hubo una resistencia interna significativa dentro de Facebook. Ex-empleados e informantes han sugerido que los intentos de Facebook de controlar el desarrollo y la visión del proyecto pudieron haber alienado a socios y contribuyentes clave. El enfoque de arriba hacia abajo de la compañía, junto con su reputación de mal manejo de problemas de privacidad y seguridad, dejó a muchos cuestionando si Libra podría operar de manera independiente y ética sin ser influenciada por los intereses corporativos de Facebook.

Rebranding y Reestructuración: Novi y Diem

En un intento por salvar el proyecto, Facebook cambió el nombre de Libra a Diem en 2020. Junto con el cambio de marca vino un cambio en la estrategia: la idea de una moneda global se redujo, y Diem se reposicionó como una moneda estable digital diseñada para casos de uso específicos, como facilitar pagos en las propias plataformas de Facebook como WhatsApp e Instagram. La reestructuración del proyecto reflejó la realización de Facebook de que crear una criptomoneda global podría ser demasiado ambicioso frente a la creciente regulación y los desafíos corporativos.

A pesar de estos cambios, Diem enfrentó dificultades continuas para obtener la aprobación regulatoria, y su destino final se selló cuando Meta anunció que vendería sus activos de Diem en 2022. El proyecto, que alguna vez fue prometedor, había perdido el apoyo de muchos actores clave y se quedó a la deriva sin una dirección clara.

Las Lecciones de la Caída de Libra

El fracaso de Libra ofrece varias lecciones clave tanto para la industria cripto como para las empresas tecnológicas que buscan innovar en el espacio financiero. Primero, subraya la importancia de navegar los obstáculos regulatorios desde el principio. La incapacidad de Facebook para abordar efectivamente las preocupaciones de los reguladores de todo el mundo fue un retroceso significativo para el proyecto.

En segundo lugar, el debacle de Libra resalta la complejidad de gestionar asociaciones entre diversos interesados. La disolución de la Asociación Libra, tras los retiros de importantes empresas, demuestra cuán difícil puede ser mantener un consenso cuando están involucrados tantos actores poderosos.

Finalmente, la caída de Libra refuerza la noción de que la confianza es un componente crucial en cualquier servicio financiero. Facebook, con su reputación de mal manejo de los datos de los usuarios, enfrentó una batalla difícil para convencer a los usuarios y a los reguladores de que podía gestionar una moneda global de manera responsable.

Conclusión: Una Lección de Precaución para Futuros Proyectos Cripto

La historia del ascenso y la caída de Libra ofrece una lección de precaución para cualquiera que busque lanzar proyectos ambiciosos en el siempre cambiante espacio de las criptomonedas. Si bien la visión de Libra era revolucionaria, la falta de alineación con las expectativas regulatorias, abordar el desacuerdo interno y mantener asociaciones, en última instancia, condujo a su caída. Para proyectos futuros que buscan interrumpir las finanzas tradicionales, la lección es clara: la planificación cuidadosa, la transparencia y una profunda comprensión de los paisajes regulatorios son esenciales para el éxito en una industria cada vez más escrutada.

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