Elon Musk, CEO de Tesla, hizo recientemente una sorprendente revelación: afirmó que 30 empresarios tecnológicos habían sido desbancarizados en secreto en circunstancias cuestionables. El 27 de noviembre de 2024, Musk recurrió a las redes sociales para destacar el problema e instó a otros a verificar si habían experimentado un trato similar. Su tuit desató una amplia atención y un amplio debate, lo que llevó al CEO de Coinbase, Brian Armstrong, a dar un paso al frente y validar las afirmaciones de Musk.
Armstrong calificó la desbancarización encubierta como una de las prácticas más poco éticas y fundamentalmente antiamericanas que se han presenciado durante la administración del presidente Joe Biden. Según Armstrong, los esfuerzos orquestados para atacar a los fundadores de empresas tecnológicas surgieron en gran medida de figuras influyentes como la senadora Elizabeth Warren y el presidente de la SEC, Gary Gensler. Si bien Armstrong especuló que el propio Biden podría no haber estado al tanto de estas tácticas, enfatizó la necesidad de rendición de cuentas, sugiriendo que la participación de Warren fue fundamental en lo que describió como un intento de desmantelar el floreciente sector de las criptomonedas.
El CEO de Coinbase acusó además a Gensler de trabajar activamente para sofocar la industria de las criptomonedas, afirmando que estos esfuerzos contribuyeron significativamente a la derrota del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales. Armstrong reveló los esfuerzos en curso para obtener pruebas a través de solicitudes de la Ley de Libertad de Información (FOIA), con el objetivo de exponer el alcance total de estas presuntas prácticas ilegales. Subrayó la importancia de descubrir a los responsables de tal exceso regulatorio y el impacto que ha tenido en la innovación y la libertad económica.
Esta revelación pone de relieve el conflicto más amplio entre los reguladores estadounidenses y la industria de las criptomonedas. En los últimos años, las empresas de criptomonedas se han enfrentado a un escrutinio cada vez mayor a pesar de adherirse a las medidas de cumplimiento existentes y, a menudo, prevalecer en las batallas judiciales. Sin embargo, los críticos argumentan que algunos funcionarios del gobierno han tratado de sofocar el sector a través de métodos informales como la desbancarización y los cambios regulatorios no anunciados, una estrategia ampliamente denominada "Chokepoint 2.0". Estas acusaciones reflejan tensiones en curso a medida que la industria de las criptomonedas navega su camino en medio de panoramas regulatorios en evolución.