Según un informe de economistas de Brookings Institution, la inteligencia artificial podría reducir el déficit de Estados Unidos en casi 900.000 millones de dólares en los próximos 20 años. El estudio prevé que, en condiciones óptimas, la IA podría reducir el déficit anual hasta en un 1,5% del PIB para 2044, lo que supondría una quinta parte del déficit anual.

Con un déficit federal que alcanzará los 1,8 billones de dólares en 2023 y una deuda nacional que se sitúa en unos asombrosos 36 billones de dólares, estas cifras son muy importantes.

El informe destaca el potencial de la IA para transformar la industria de la atención sanitaria, que actualmente consume cantidades masivas del gasto público. Los economistas, Ben Harris, Neil Mehrotra y Eric So, describen la IA como un "shock crítico" con la rara capacidad de ampliar el acceso a la atención sanitaria y reducir los costos al mismo tiempo.

Creen que al hacer más eficiente la atención médica, la IA podría aliviar la carga financiera del gobierno y al mismo tiempo democratizar el acceso a la atención para los estadounidenses.

El gasto sanitario, el principal objetivo de la IA

El gasto en salud en Estados Unidos está fuera de control. El gobierno federal invirtió 1,8 billones de dólares en programas de seguros de salud en 2023, una cifra equivalente al 7% del PIB. Durante la próxima década, la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que los subsidios federales para la salud sumarán 25 billones de dólares, lo que representa el 8,3% del PIB.

El problema no es sólo el volumen del gasto, sino cómo se utiliza ese dinero. Aproximadamente una cuarta parte de todos los costos de la atención médica en Estados Unidos (tanto pública como privada) se destinan a tareas administrativas, no a la atención al paciente.

Los economistas de Brookings sostienen que la IA puede solucionar este problema. Se podrían automatizar tareas administrativas rutinarias, como programar citas, gestionar el flujo de pacientes y analizar datos médicos preliminares, lo que reduciría las ineficiencias.

Creen que la IA podría lograr mejoras de productividad en el sector sanitario que han eludido a la industria durante décadas. A diferencia de la mayoría de los sectores, que han logrado enormes ganancias de eficiencia en los últimos 50 años, el sector sanitario se ha quedado rezagado en gran medida. La IA podría finalmente llevarlo a la era moderna.

“Casi todos los sectores de Estados Unidos han experimentado mejoras sustanciales en la productividad en los últimos 50 años, con una excepción importante: la atención sanitaria”, señala el informe. Los economistas sostienen que la IA podría cambiar esa dinámica por completo.

Harris, uno de los autores del estudio, destacó cómo la IA podría transformar la forma en que las personas reciben atención médica y cómo se detectan y tratan las enfermedades. La integración del aprendizaje automático en los diagnósticos, la medicina personalizada y el desarrollo de medicamentos podría reducir los costos y, al mismo tiempo, mejorar los resultados.

Barreras para la adopción y por qué es importante

Pero introducir la IA en el sector sanitario no va a ser fácil. Ajay Agrawal, profesor de la Universidad de Toronto, afirma que el potencial de la IA en el sector sanitario genera una mezcla de “entusiasmo y desesperación”. Entusiasmo porque el sector tiene mucho que ganar y desesperación porque hay enormes obstáculos en el camino.

Las regulaciones, las estructuras de pago y las preocupaciones por la responsabilidad hacen que la implementación de la IA en la atención médica sea un proceso lento y complicado. Agrawal explica que los incentivos económicos no siempre coinciden, especialmente en el sector privado.

Las aseguradoras privadas pueden dudar en adoptar la IA para el diagnóstico por temor a que pueda generar mayores costos de tratamiento. Por otro lado, el sector público enfrenta preocupaciones sobre la privacidad de los datos y una falta de urgencia para innovar.

A pesar de los desafíos, el estudio de Brookings sostiene que el esfuerzo merece la pena. La capacidad de la IA para mejorar la precisión diagnóstica podría reducir el gasto innecesario en tratamientos ineficaces, lo que podría suponer un ahorro de miles de millones de dólares.

También podría trasladar el foco del tratamiento reactivo a la atención preventiva, ayudando a las personas a mantenerse más sanas y fuera de los hospitales.

La mejora de los resultados en materia de salud podría reducir los gastos de seguridad social y de salud pública, al tiempo que aumentaría la participación en la fuerza laboral al mantener a más personas sanas y empleadas durante más tiempo.

La IA y la esperanza de vida: un arma de doble filo

Todo esto tiene una contrapartida. La mayor esperanza de vida (uno de los posibles resultados de la asistencia sanitaria mejorada con IA) podría aumentar el gasto federal. A medida que las personas vivan más, podrían necesitar más atención médica y recurrir a programas como la Seguridad Social durante períodos más prolongados. Esto podría contrarrestar algunos de los ahorros que genera la IA.

Sin embargo, los economistas de Brookings sostienen que los beneficios superan los riesgos. La IA podría crear una fuerza laboral más saludable, aumentando la productividad y la participación en la fuerza laboral. Al mejorar la detección y el tratamiento de enfermedades, la IA también podría reducir el impacto económico de las enfermedades crónicas.

La atención preventiva es una parte importante de la ecuación. Harris y sus coautores sostienen que la detección temprana y los planes de tratamiento personalizados que permite la IA podrían salvar vidas y ahorrar dinero.

Por ejemplo, las herramientas basadas en inteligencia artificial podrían ayudar a los médicos a detectar enfermedades de forma más temprana y precisa, evitando costosas intervenciones en etapas tardías. Estas eficiencias podrían conducir a amplias reducciones de costos en Medicare y otros programas de atención médica federales.

Pero las grandes empresas tecnológicas no están esperando a que el gobierno se dé cuenta de esto. Google, Amazon y Microsoft están impulsando soluciones de atención médica basadas en inteligencia artificial. El sistema AMIE de Google imita el diálogo de diagnóstico, mientras que su plataforma Med-Gemini respalda la planificación del tratamiento y las decisiones clínicas.

Amazon y Microsoft tienen proyectos similares en marcha, centrados en el diagnóstico y la optimización de costes. La IA ya ha demostrado un “rendimiento sobrehumano” en algunas áreas del diagnóstico, según Agrawal.

Las máquinas están superando a los médicos en el análisis de radiografías, resonancias magnéticas y otros datos médicos, lo que demuestra que la tecnología funciona hasta cierto punto. Estos avances podrían hacer que los planes de tratamiento sean más eficaces y menos costosos.

Lo que una administración Trump podría significar para la IA en EE.UU.

El segundo mandato del presidente electo Donald Trump podría traer cambios que aceleren o desaceleren la adopción de la IA. Trump ha prometido reducir el gasto y la burocracia gubernamentales mediante un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Esto podría significar menos fondos para iniciativas de salud pública, lo que podría estancar la implementación de la IA. Mientras tanto, una reducción en las regulaciones federales podría acelerar las cosas. Agrawal señala que los bloqueos regulatorios a menudo impiden que se implementen tecnologías de IA que están listas para funcionar.

“Muchas personas tienen miedo de reducir la regulación porque no quieren que tecnologías inmaduras perjudiquen a la gente”, afirma Agrawal. “Pero también es perjudicial retrasar el uso de tecnologías que están listas para mejorar la vida”.

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