La pandemia de COVID causó una interrupción económica significativa, llevando a la paralización de las cadenas de suministro, pérdidas de empleos y estanflación. Algunos defensores del cambio climático vieron esto como algo positivo, ya que las emisiones cayeron un 5.4%. Propusieron "cierres climáticos" - interrupciones planificadas de la actividad económica global para frenar el cambio climático.

Sin embargo, esta idea fue rechazada por el público y los medios de comunicación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido una acción climática global, proponiendo que se deben implementar restricciones en la actividad económica y las emisiones para lograr un aumento de temperatura de menos de 1.5°C. El FMI sugiere que un impuesto al carbono podría lograr un efecto similar al aumento de las tasas de interés, lo que podría llevar a consecuencias devastadoras para los países occidentales.

Las organizaciones globales afirman que todos los países deben lograr emisiones netas de carbono cero para 2030 para evitar una "brecha climática" - una teoría que sugiere que un aumento de temperatura de 1.5°C podría desencadenar desastres ambientales y más emisiones. Sin embargo, no hay evidencia que respalde la teoría, y la conexión entre las emisiones de dióxido de carbono y el calentamiento global sigue siendo controvertida.

Los críticos argumentan que el verdadero propósito de los impuestos al carbono y las regulaciones climáticas podría ser redistribuir la riqueza de los países desarrollados a las naciones en desarrollo y centralizar el control sobre la riqueza nacional y las libertades individuales, con el FMI potencialmente beneficiándose de este control.

Fuente

<p>La publicación Cierres Climáticos: El Lado Oscuro de la Agenda Globalista apareció por primera vez en CoinBuzzFeed.</p>