¿Y si $BTC es el mayor engaño de todos los tiempos?
¿Se espera realmente que creamos que figuras influyentes como Changpeng Zhao (CZ) de Binance, el ex presidente de EE. UU. Donald Trump, Brian Armstrong de Coinbase, Michael Saylor de MicroStrategy o el creador de Ethereum Vitalik Buterin están completamente ajenos al origen de Bitcoin? ¿Es plausible que ninguno de estos individuos tenga conocimiento sobre su creador?
El misterio que rodea a Satoshi Nakamoto, el creador seudónimo de Bitcoin, sigue siendo uno de los mayores enigmas en la tecnología y finanzas modernas. A pesar del inmenso impacto que ha tenido Bitcoin, es asombroso que la identidad de su creador haya eludido la confirmación durante más de una década. ¿Podría ser posible que líderes influyentes de la industria, profundamente arraigados en el ecosistema de criptomonedas, realmente no tengan información sobre esta monumental cuestión?
Consideremos a Michael Saylor, un defensor vocal y un inversionista significativo en Bitcoin, que frecuentemente promueve sus beneficios en varias plataformas. Uno podría preguntar: ¿qué gana con su apoyo inquebrantable? ¿Es concebible que él, un hombre tan invertido en Bitcoin, realmente no tenga idea sobre la identidad de su creador?
Cuando Nakamoto estaba desarrollando Bitcoin, parece improbable que el proyecto estuviera completamente solitario, desprovisto de cualquier discusión con confidentes de confianza. La naturaleza colaborativa de la innovación tecnológica a menudo implica al menos algún grado de consulta o revisión entre pares.
Afirmamos enérgicamente que el creador de Bitcoin no es tan anónimo como comúnmente se retrata, sino que es conocido por unos pocos privilegiados. No es inconcebible especular que uno o más de los individuos mencionados anteriormente están al tanto de esta verdad, pero eligen mantenerla oculta. ¿Podría el velo de la anonimidad tener un propósito mayor, quizás para mantener el ethos descentralizado de Bitcoin o para proteger a sus creador(es) de la escrutinio?
Este misterio duradero alimenta la especulación, el escepticismo y las teorías de conspiración, dejando al mundo preguntándose si la verdadera identidad de Satoshi Nakamoto alguna vez será revelada.