A medida que el bitcoin (BTC) se acerca al hito de los $100,000, los críticos lo están etiquetando una vez más como un fraude y lo están nombrando “una pirámide construida sobre otra pirámide.” Algunos incluso han trazado comparaciones con la locura de los tulipanes de la Edad Dorada de los Países Bajos. Esta semana, un usuario de X comentó:
Estamos en la versión moderna de la burbuja de tulipanes de 1929 con una moneda digitalizada tratando de representar un almacén de valor. Esto solo puede terminar mal.
Naturalmente, muchos entusiastas del bitcoin se opusieron a la declaración. Sani, el fundador de timechainindex.com, respondió, diciendo: “Dado que mencionaste la palabra tulipán, automáticamente asumí que [eres] ignorante.” Otra persona intervino: “Está bien no entender. Lo mismo ocurrió en los primeros días de Internet.” Además, la llamada burbuja de los tulipanes no ocurrió en 1929.
Igualar el bitcoin a la locura de los tulipanes del siglo XVII muestra una grave falta de comprensión. Para empezar, la historia de la locura de los tulipanes a menudo se ve como exagerada y dramatizada. Los registros históricos confirman que la burbuja de los tulipanes, considerada ampliamente como la primera burbuja especulativa, comenzó en 1634. En su punto máximo, ciertos bulbos de tulipán alcanzaron precios exorbitantes antes de que el mercado colapsara en febrero de 1637. Sin embargo, investigaciones modernas indican que la escala y los efectos de la locura fueron probablemente exagerados en muchas narraciones populares.
Trazar paralelismos entre la burbuja de los tulipanes y el BTC es, francamente, absurdo. Los tulipanes eran flores—hermosas, sí, pero limitadas a la decoración. Bitcoin, por otro lado, es dinero descentralizado, resistente a la censura y programable. Aborda problemas del mundo real como remesas, soberanía financiera y transacciones sin confianza. Con un suministro fijo limitado a 21 millones, la escasez de Bitcoin está integrada en su código. Sin embargo, los tulipanes pueden cultivarse indefinidamente. Cuando esa realización llegó en 1637, la burbuja estalló.
La burbuja de los tulipanes también fue un asunto localizado de los Países Bajos, involucrando a un pequeño grupo de comerciantes. Fue tan menor que apenas impactó a la sociedad holandesa en general. Bitcoin, en cambio, ha logrado una adopción global, involucrando a millones de individuos, instituciones financieras, corporaciones e incluso naciones como El Salvador y Bután. La locura de los tulipanes duró aproximadamente tres años en la década de 1630, mientras que la red de Bitcoin ha estado prosperando durante más de 15 años—sobreviviendo ciclos económicos, presiones regulatorias y amenazas existenciales.
Bitcoin no es solo una moneda digital; está impulsado por tecnología revolucionaria como la blockchain y el libro mayor de triple entrada. Estas innovaciones están transformando industrias con su transparencia y seguridad. Los tulipanes, en comparación, no tenían tales efectos de red. Bitcoin prospera bajo la Ley de Metcalfe (el valor de una red crece con el cuadrado de sus usuarios), ya que cada nuevo participante fortalece su utilidad y confianza. Desestimar el bitcoin como otra burbuja de tulipanes pasa por alto su fundamento tecnológico, utilidad y adopción mundial. Es como comparar un Ferrari con una carreta de caballos simplemente porque ambos caen bajo “transporte.”