Los bancos chinos han implementado medidas adicionales de cumplimiento para los pagos desde los Emiratos Árabes Unidos (EAU), India y Hong Kong, que tradicionalmente han servido como socios comerciales para Rusia. Estas medidas tienen como objetivo identificar a las empresas rusas que utilizan a terceros países como intermediarios para completar los pagos. Los bancos chinos ahora exigen documentación que confirme que los bienes serán enviados directamente a estos países, lo que retrasa la ejecución de los pagos rusos. Anteriormente, tales revisiones solo se aplicaban a las transacciones originadas en Turquía, pero se han ampliado tras el 12º paquete de sanciones anti-rusas, ya que los bancos chinos temen la imposición de sanciones secundarias por facilitar liquidaciones relacionadas con la guerra.