Jugar con contratos realmente te atrapa y es difícil escapar. Debes saber que, incluso si al principio creías que podrías tener la suerte de evitar algunos riesgos, es como dice el viejo refrán: "Si evitas el primer día, no puedes evitar el quince".
Aunque una persona parezca muy hábil en las operaciones de contratos, acertando noventa y nueve veces seguidas, si falla en la centésima, el resultado es que de repente vuelve a su forma original, todas las ganancias anteriores se desvanecen instantáneamente y todo debe comenzar de nuevo, como si volviera a ser antes de la liberación, de una manera desgarradora.
Este asunto de los contratos tiene un poder aterrador, amplifica infinitamente tu inclinación al juego. Al principio, puede que solo estés con una pequeña posición, pero poco a poco, bajo la tentación de oportunidades aparentemente rentables, inconscientemente te conviertes en una gran posición, y el riesgo aumenta drásticamente.
Al principio creías que estabas entrando en un nivel bajo, bastante seguro, pero a medida que operas, sin darte cuenta, empiezas a usar un apalancamiento alto, lo que cambia completamente el nivel de riesgo. Además, al principio probablemente pensabas que debías seguir estrictamente las reglas que estableciste, pero en el proceso de negociación de contratos, poco a poco te perdiste a ti mismo, echando por la borda esos planes originales.
Y el destino final de los contratos, a menudo, es la liquidación, todas las inversiones se desperdician, dejando solo un profundo remordimiento, una y otra vez, en las noches de insomnio, dejando lágrimas de arrepentimiento.
