Uno de los aspectos más frustrantes de las elecciones de 2024 es que muchos votantes ven a Trump como un candidato político muy normal; mientras que los republicanos que apoyan 'Hacer América Grande de Nuevo' (MAGA) consideran que Trump es un personaje único. Muchos votantes piensan que la discusión sobre Trump ha sido excesivamente intensa en ambas direcciones.
Si eres como la mayoría de los estadounidenses y no sigues de cerca las noticias, es fácil entender por qué verías a Trump desde una perspectiva más tradicional. Un análisis de Politico sobre los anuncios de campaña de Trump muestra que 'desde principios de octubre, los anuncios que más se han emitido durante su campaña son sobre inflación, atención médica y seguridad social—argumentando que Harris haría que los ancianos que ya están luchando con los altos precios 'paguen más impuestos de seguridad social', mientras que los inmigrantes 'ilegales' se beneficiarían.'
Este es un mensaje político normal y tradicional. Los anuncios de Trump atacan a Harris por haber apoyado en el pasado que los prisioneros e inmigrantes en centros de detención reciban fondos de los contribuyentes para someterse a cirugías de cambio de sexo, también apelando a la corriente principal, tratando de etiquetar a Harris como extrema. Uno de los desafíos que enfrenta la política estadounidense es que, aunque muchos estadounidenses participan en las elecciones presidenciales, solo una muy pequeña cantidad de votantes se mantiene realmente activa. Estos dos grupos no se preocupan por las mismas cosas, e incluso están muy distantes entre sí.
La mayoría de las personas se preocupa por cosas que afectan directamente sus vidas: los precios, el crimen, la paz. Si la gente se siente insegura en las calles, o está luchando por sobrevivir, ¿cuánto sentido tiene preocuparse por la democracia? En comparación, las personas que prestan atención a la política son solo una minoría, pero notan esos temas que son más abstractos o de nicho para la mayoría. Debido a que la mayoría vota y luego se retira, los políticos casi solo escuchan las opiniones de los participantes más activos.
Ellos exigen que los políticos presten atención a aquellos temas que pueden ser muy importantes, pero que a menudo solo interesan a unas pocas personas. En muchos departamentos administrativos, esta dinámica ha llevado a una lucha constante. Por un lado, unos pocos activistas exigen que el gobierno se concentre en las causas que les apasionan; por otro lado, la mayoría de los pragmáticos políticos agarra del brazo a los candidatos con una mano y señala el cartel que dice 'el problema es la economía, idiota' con la otra.