Bitcoin sufrió su mayor caída de dos días desde las elecciones estadounidenses del pasado fin de semana, cayendo casi un 3% el sábado y el domingo, antes de recuperar algunas de sus pérdidas y cotizar a 90.394,2 dólares al cierre de esta edición. Las incertidumbres que afectan al mercado incluyen el cronograma de Trump para cumplir su promesa de apoyar las criptomonedas y si todas las medidas, como establecer una reserva de Bitcoin en Estados Unidos, son factibles.
En las acciones estadounidenses, el entusiasmo por la postura favorable a las empresas de Trump se está viendo atenuado por el riesgo de inflación por los aranceles comerciales y el gasto deficitario para financiar recortes de impuestos. Los inversores están reduciendo las expectativas de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal a medida que la economía estadounidense se solidifica, lo que podría ser un obstáculo para el mercado de las criptomonedas, ya que las condiciones de liquidez afectan la demanda especulativa de monedas digitales.
Tony Sycamore, analista de mercado de IG Australia Pty, escribió en un informe que Bitcoin se ha "sobrecalentado" después de ganancias récord desde el día de las elecciones el 5 de noviembre y que "su repunte de precios ha descontado muchas buenas noticias".
Los estrategas de JPMorgan Chase & Co. dirigidos por Nikolaos Panigirtzoglou escribieron en una nota que pronto podría aprobarse una legislación sobre criptomonedas bajo la administración Trump, lo que provocaría un cambio regulatorio desde la aplicación de la ley a un enfoque más colaborativo.
El equipo dijo que los bancos podrían disfrutar de un mayor espacio para la participación en activos digitales, y el mercado tiene más esperanzas de que los ETF de criptomonedas puedan aprobarse para invertir en otras criptomonedas además de Bitcoin y Ethereum.
La claridad regulatoria impulsará la inversión de capital de riesgo, las fusiones y adquisiciones y las ofertas públicas iniciales, dijeron los estrategas. Pero agregaron que establecer una reserva de Bitcoin en EE. UU. es un "evento de baja probabilidad". (Bloomberg)