Tras el muy publicitado juicio por fraude, el cofundador de FTX, Sam Bankman-Fried, ha sido declarado culpable de todos los cargos. De hecho, tras la deliberación, el jurado emitió un veredicto de culpabilidad por siete cargos, lo que significa que el antiguo magnate de las criptomonedas se enfrentará a más de 110 años de prisión.
El caso se produjo tras el devastador colapso de FTX, que en un momento fue una de las marcas más fuertes de la industria. Posteriormente, Bankman-Fried y sus abogados defensores no pudieron demostrar, sin lugar a dudas, que defraudó a los inversores a través del intercambio.
Bankman-Fried declarado culpable de cargos de fraude
La caída de FTX ha sido descrita como uno de los mayores delitos financieros en la historia de Estados Unidos. De hecho, es sin duda la mayor controversia a la que se ha enfrentado la industria de activos digitales en su historia. Ahora, el hombre que creó y dirigió el intercambio se enfrentará a la justicia.
Tras un juicio que dominó el ciclo informativo, Sam Bankman-Fried fue declarado culpable de los siete cargos formulados en su contra. Los jurados deliberaron después de que ambas partes emitieran sus argumentos finales el 1 de noviembre. Posteriormente, concluyeron que Bankman-Fried era culpable de la caída de la empresa.
A lo largo del juicio, Bankman-Fried intentó convencer al jurado de su inocencia. Específicamente, había continuado una defensa que comenzó con una gira de medios tras el colapso del intercambio. Bankman-Fried ha asegurado constantemente al público que el colapso fue resultado de su ignorancia, no de malicia. Sin embargo, los jurados aparentemente no creyeron la defensa expuesta.
Muchos habían predicho que Bankman-Fried enfrentaría una condena. Sin embargo, persistía la creencia de que la disfunción general de la plataforma en su conjunto lo eximiría de toda responsabilidad. Por el contrario, los jurados estuvieron de acuerdo con la fiscalía y declararon culpable a Bankman-Fried.
Bankman-Fried estaba sentado inmóvil en la mesa de la defensa con un traje gris. Lo obligaron a ponerse de pie y mirar al jurado durante la lectura. No mostró ninguna emoción.
