El 99% de las personas tienden a la mediocridad, en parte debido a su excesiva dependencia de la evaluación externa. Muchos jóvenes anhelan demostrar su excepcionalidad a través de logros extraordinarios, pero tras enfrentar reveses en el ámbito laboral, gradualmente se dan cuenta de que son solo uno más entre la multitud y finalmente eligen comprometerse y dejarse llevar. Esta mentalidad de depender de resultados externos a menudo los lleva a conformarse con la mediocridad.
El fracaso es la norma, mientras que el éxito es la excepción para unos pocos. Muchas personas dudan de sí mismas tras repetidos fracasos y finalmente abandonan su búsqueda, mientras que unos pocos afortunados destacan en medio de las oportunidades. Si logramos cambiar nuestra mentalidad, buscando hacia adentro y tomando el crecimiento personal como medida, será menos probable que caigamos en esta trampa. Como dijo Lei Jun, "siempre siento que estoy creciendo en cada momento". El crecimiento personal es un proceso controlable; mientras estemos dispuestos a esforzarnos, podremos ver los resultados.
A través de la búsqueda constante del crecimiento personal, naturalmente superaremos a la mayoría en resultados externos. Esta es la mejor solución para evitar la mediocridad.