En 2024, el precio del oro ha alcanzado nuevos máximos históricos; los índices bursátiles estadounidenses han alcanzado nuevos picos en repetidas ocasiones; el bitcoin ha establecido un nuevo máximo histórico; y los precios inmobiliarios mundiales (excepto los comerciales y el mercado chino) siguen creciendo a un ritmo rápido. La mayoría de las clases de activos se están apreciando, pero eso es solo la mitad de la historia.
Si analizamos la liquidez global, la oferta monetaria total prácticamente se ha duplicado en tan solo diez años (2014-2024), alcanzando un récord de 106 billones de dólares. En tan solo diez años, los bancos centrales y los gobiernos han impreso una cantidad de dinero nuevo equivalente a toda la oferta monetaria acumulada a lo largo de varias décadas anteriores juntas.
La oferta monetaria nominal M2 (que incluye efectivo, depósitos a corto plazo, fondos del mercado monetario, certificados de depósito, etc.) ha crecido a una tasa promedio de 6,5% anual durante los últimos diez años, mientras que la inflación ha sido de apenas 2,5% anual. Esto refuerza aún más el argumento de que el mundo está en una fase de “inflación de activos”. Gran parte de la nueva oferta monetaria de los últimos años parece haberse canalizado hacia sectores de inversión en lugar de hacia el consumo.
Si bien esto puede parecer positivo, ya que los bienes y servicios no han experimentado aumentos excesivos de precios que afecten negativamente la vida de las personas, hay un lado negativo.Inflación de activosEl aumento del valor de los activos, como los bienes raíces, las acciones, el oro y el bitcoin, hace que quienes poseen activos sean cada vez más ricos. Por el contrario, quienes no poseen activos se están volviendo más pobres, hasta el punto de que muchas personas, incluso si trabajan toda su vida, ya no pueden permitirse poseer propiedades como antes.
Dados los niveles actuales de ingresos promedio, precios de activos, inflación y estándares de vida, es casi imposible para cualquier persona que trabaje un empleo regular poder comprar una casa, poseer un solo bitcoin o tener suficiente oro o una cartera de acciones sólida para asegurar su jubilación.
Sea bueno o malo, así es como funciona el sistema financiero mundial y hay poco que podamos hacer para cambiarlo. Si no invertimos, nos quedaremos aún más atrás del resto del mundo. Si no podemos encontrar sectores de inversión con un crecimiento excepcional, nunca alcanzaremos a los ricos.