Autor: cherryblue.eth

Traducción: MetaCat

La realidad trasciende la virtualidad. La realidad encarna la verdad inherente y la verdad implica un orden incuestionable. Este orden trae paz a nuestras almas y nos permite creer que aunque pase el tiempo y la vida llegue a su fin, la realidad seguirá existiendo sin fin. Lo virtual, por otra parte, representa una falsedad inherente. Falso significa inconsistencia interna en la lógica. Las cosas construidas sobre esta lógica defectuosa, aunque hermosas por fuera, no pueden durar. En última instancia, esto conducirá a una destrucción inevitable.

Sin embargo, las líneas entre realidad y virtualidad suelen ser borrosas. A menudo evaluamos las cosas que nos rodean a través de una lente empírica: las que nos resultan familiares y cómodas se consideran reales, mientras que las que nos resultan desconocidas y distantes se perciben como falsas. Este juicio a menudo varía de persona a persona. Desde una perspectiva lógica, ¿cómo podemos estar seguros de que el mundo en el que vivimos no es un sueño cuidadosamente construido? ¿Cómo comprobamos que las cosas que creemos reales no son sólo alucinaciones producidas por señales eléctricas que estimulan el cerebro? Nos sumergimos tanto en lo familiar que a menudo nos olvidamos de cuestionarlo más profundamente.

La realidad que atrae la atención es la realidad que tiene significado para ellos, y esta realidad significativa conduce a una transformación en su sentido de identidad. Cuando te sientas frente a tu dispositivo electrónico, te sumerges en él, abres tu juego favorito y guías a los personajes a través de su maravilloso mundo de aventuras, estarás tan concentrado que perderás la noción del paso del tiempo. En este estado de flujo, los personajes del juego se convierten en versiones significativas de ti y el mundo del juego se convierte en una realidad significativa para ti. Tu cuerpo se convierte en un mero vehículo, desprendido de esa realidad, simplemente una condición necesaria para mantener tus actividades mentales, que sólo requiere una existencia continua.

El fenómeno del desplazamiento subjetivo nos permite construir nuevas realidades. Abogamos por el "maximalismo de la realidad en cadena" porque creemos que la descentralización y la inmutabilidad inherentes de la tecnología blockchain proporcionan una base sólida para construir estas nuevas realidades. Las aplicaciones descentralizadas a gran escala que estamos construyendo sirven como enormes contenedores capaces de soportar un número creciente de participantes. Los mundos definidos por los contratos inteligentes son más que simples parques temáticos seleccionados para el entretenimiento temporal; pueden trascender el mero entretenimiento y crear un entorno en el que las personas deben asumir la responsabilidad de sus acciones y soportar las consecuencias de ellas. Desde esa perspectiva, creo que mucha gente no se toma tan en serio como debería las grandes aplicaciones descentralizadas que estamos creando. Mucha gente ve el mundo en cadena como una simple adición al mundo existente, opcional o secundario. Esta actitud casual debilita la credibilidad inherente de estas aplicaciones, lo que dificulta que los futuros residentes del mundo en cadena sean persuadidos a participar en actividades constructivas que aporten valor estable a largo plazo.

El desarrollo de aplicaciones a gran escala es un paso clave hacia la "realidad en cadena". Los juegos son un subconjunto importante de aplicaciones a gran escala y hay muchas voces a nuestro alrededor que se resisten al concepto de juego. Esta resistencia refleja una ansiedad subyacente que no es del todo infundada. La "subrealidad" formada por los conocidos juegos Web2 resulta muy atractiva. Sin embargo, al mismo tiempo, esta "subrealidad" está fuertemente controlada por entidades centralizadas, y los cimientos sobre los que está construida no son confiables y pueden colapsar en cualquier momento. Sin embargo, para un juego totalmente en cadena, no hay destrucción prevista en el destino. A partir de esto, podemos intentar construir una realidad que sea más real y más imaginativa que el mundo físico que habitamos: una realidad más salvaje, más romántica y más hermosa.

Nuestra existencia física en la tierra requiere supervivencia diaria, mantenerse saludable, interacción social para combatir la soledad y vender nuestra fuerza de trabajo para ganar dinero. Estas necesidades consumen gran parte de nuestro tiempo y energía. Podemos intentar consolarnos atribuyendo un significado positivo a estas tareas, pero a menudo esto no es más que un compromiso forzado. Nacemos en este ámbito caótico de la vida donde parece que estamos tomando decisiones, pero en realidad simplemente elegimos entre una serie de opciones insatisfactorias, guiados por la suerte y la intuición, sin ser conscientes de las consecuencias. Con el avance de la ciencia y la tecnología, los recursos materiales se han vuelto más abundantes, la vida humana se ha extendido y la inteligencia artificial (IA) ha asumido tareas más básicas. El "maximalismo real en cadena" proporciona una solución a la crisis espiritual que enfrentamos. por la humanidad un camino.

Creemos que el “maximalismo real en cadena” no es solo una nueva tendencia en la cultura criptográfica, sino la evolución de la civilización misma. En esta nueva realidad, todos pueden convertirse en sus propios dueños, romper con las decisiones impuestas y sin sentido, y construir un futuro que les pertenezca a ellos y a toda la humanidad. Aquí no hay control centralizado ni colapso irreversible, sólo un mundo que continúa evolucionando a través del consenso y la acción. En el mundo de la realidad en cadena, ya no somos receptores pasivos de órdenes externas, sino creadores activos de un futuro más libre, más romántico y más esperanzador. Este futuro puede ser más real de lo que alguna vez consideramos "realidad".