**China enfrenta riesgos crecientes de deflación en medio de una desaceleración económica**

China se enfrenta a un entorno económico complicado, en el que las tasas de inflación están disminuyendo y los riesgos de deflación aumentan. En septiembre, el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó sólo un 0,4%, lo que indica una desaceleración significativa del crecimiento de los precios. Al mismo tiempo, el índice de precios al productor (IPP) cayó más de lo previsto, lo que subraya las presiones deflacionarias.

La deflación, caracterizada por la caída de los precios, puede conducir a una reducción del gasto de los consumidores y a una menor demanda. Esta tendencia es evidente en China, donde las empresas están reduciendo los precios para estimular las ventas, lo que puede conducir a recortes de empleos y reducciones salariales, lo que erosiona aún más la confianza de los consumidores.

Los expertos destacan la urgencia de un estímulo fiscal para contrarrestar la deflación y estimular la demanda. Aunque las conversaciones están en curso, no se han anunciado medidas sustanciales. Los inversores esperan con interés acciones decisivas de Pekín.

El ministro de finanzas de China, Lan Fo’an, indicó que existe la posibilidad de aumentar el déficit fiscal para apoyar la economía. Los economistas sugieren que podría ser necesario un paquete de estímulo de entre 2 billones y más de 10 billones de yuanes. Si bien el gobierno ha implementado medidas menores, como recortes de las tasas de interés y apoyo al mercado inmobiliario, estas pueden ser insuficientes.

El Banco Popular de China (PBOC) también ha tomado medidas para impulsar la confianza del mercado al reducir las tasas de interés y ampliar las medidas de apoyo al mercado inmobiliario. Además, el PBOC lanzó un programa de 71 mil millones de dólares para inversores institucionales. A pesar de estos esfuerzos, la volatilidad del mercado de valores persiste, lo que pone de relieve la necesidad de intervenciones fiscales más fuertes.

China debe actuar rápidamente con medidas fiscales sólidas para evitar una mayor desaceleración económica y deflación. Los inversores están siguiendo de cerca cualquier actualización de Beijing, con la esperanza de que pronto se revele un plan fiscal integral.