Mientras Argentina enfrenta una crisis económica, crece la especulación sobre si el país seguirá el audaz paso de El Salvador de adoptar Bitcoin como moneda de curso legal.

El presidente Javier Milei, conocido por su postura a favor de las criptomonedas, ha encendido un intenso debate sobre el futuro de la política monetaria de Argentina desde que asumió el cargo en 2023. Milei, quien hizo campaña a favor de reformas económicas radicales, incluidas promesas de "quemar" el banco central y dolarizar la economía, ha estado dando pasos importantes hacia la adopción de las criptomonedas, capitalizando la ya robusta criptoeconomía de base de Argentina.

En una publicación reciente, David Hoffman, cofundador de Bankless, señaló que “Argentina es el caldo de cultivo perfecto para la criptoeconomía”. Enfatizó que la combinación de acceso generalizado a Internet, inflación galopante de la moneda, estrictos controles de capital y los desafíos de las prácticas comerciales tradicionales han creado un entorno único donde el potencial de las criptomonedas realmente puede florecer.

Esta afirmación está respaldada por datos recientes de Milkroad, que situó a Argentina en el cuarto lugar a nivel mundial en adopción de activos digitales, detrás únicamente de los Emiratos Árabes Unidos, Singapur y Turquía. Sorprendentemente, al menos un tercio de la población utiliza ahora criptomonedas para las transacciones cotidianas.

Los problemas económicos del país han alimentado este entusiasmo por las criptomonedas. Con una inflación anual que supera el 250% y la rápida devaluación del peso, que pierde alrededor del 10% de su valor mensualmente, los argentinos han recurrido a criptoactivos como BTC para protegerse contra la inestabilidad financiera.

La administración del presidente Milei ha estado tomando medidas concretas para integrar las criptomonedas a la economía formal. En diciembre pasado, el gobierno “ratificó y confirmó” que Bitcoin puede usarse como moneda de contrato. Esta decisión allanó el camino para registrar la primera empresa argentina totalmente basada en criptomonedas, con un capital social denominado en Bitcoin y USDC. Además, en enero de este año, Argentina puede haberse convertido en la primera nación en establecer un contrato de alquiler en el que los inquilinos pagan a sus propietarios en Bitcoin.

Además, Argentina ha consultado activamente a El Salvador, que adoptó Bitcoin como moneda de curso legal en 2021. Los funcionarios argentinos anunciaron consultas con sus homólogos salvadoreños en mayo para aprender de su experiencia en la regulación y el apoyo a las innovaciones blockchain.

La educación también ha sido crucial para la revolución criptográfica de Argentina. A finales de agosto, las fundaciones ETH Kipu y Ethereum se asociaron con el Ministerio de Educación del país para introducir la educación sobre blockchain en las escuelas, con el objetivo de preparar a la próxima generación para un futuro criptointegrado.

Dicho esto, la industria de las criptomonedas está tomando nota. A principios del mes pasado, Tether, la empresa detrás de la mayor stablecoin, USDT, invirtió 100 millones de dólares en Adecoagro, un importante productor agrícola argentino. Esta medida se considera un impulso estratégico para expandir la presencia de las criptomonedas en la economía real del país.

Si bien la postura del gobierno a favor de las criptomonedas es clara, no todos los expertos están convencidos de que Argentina adoptará plenamente el bitcoin como moneda de curso legal. Algunos expertos advierten que adoptar el bitcoin como moneda de curso legal es una decisión compleja con implicaciones de largo alcance. Sin embargo, los defensores creen que podría proporcionar una alternativa muy necesaria al atribulado sistema financiero del país.