UK Finance, una asociación de más de 300 instituciones que ofrecen servicios bancarios, de intermediación y de pago, ha publicado un informe en el que se revelan los resultados obtenidos durante la fase de experimentación de la Red de Pasivos Regulados (RLN, por sus siglas en inglés). El proyecto, que combina dinero de bancos centrales, dinero de bancos comerciales y dinero electrónico en un mismo libro de contabilidad compartido, busca modernizar la infraestructura financiera actual, incluidos los activos tokenizados.
Se seleccionaron Quant, R3, DXC Technology y Coadjute para probar la viabilidad del proyecto mediante la experimentación con diferentes casos de uso que aprovecharan una interfaz de programación de aplicaciones (API) unificada para interactuar con diferentes registros. También participaron importantes empresas del sector financiero como Barclays, Citi, HSBC, Lloyds Banking Group, Mastercard, Natwest, Nationwide, Santander, Standard Chartered, Virgin Money y Visa.
Como resultado de esta experimentación, el proyecto concluyó que, al integrarse con otras iniciativas monetarias, la plataforma puede aportar valor económico y hacer crecer la innovación en los mercados financieros. De la misma manera, puede desbloquear nuevas funcionalidades al introducir pagos programables, bloquear y desbloquear fondos según el caso de uso.
El informe también señala que un punto de interfaz común beneficiaría a las empresas al abstraerse de la complejidad del mundo financiero actual, permitiéndoles conectarse con otras instituciones a través de una única red. Por último, el informe evalúa que la regulación del Reino Unido es lo suficientemente flexible como para respaldar la implementación de la RLN.
La directora general de Pagos, Innovación y Resiliencia Operacional de UK Finance, Jana Mackintosh, destacó la relevancia del éxito de estas pruebas.
Ella afirmó:
El éxito del experimento RLN muestra el potencial de la tecnología para transformar la experiencia del cliente y ofrecer valor económico y beneficios para la sociedad. El sector privado quiere invertir en el futuro del dinero de los bancos comerciales, pero necesita una asociación con los reguladores para hacerlo.