Donald Trump está en el centro de una de las acusaciones más graves hasta el momento. El Departamento de Justicia (DoJ), a través del fiscal especial Jack Smith, ha acusado al expresidente de organizar un “esfuerzo criminal privado” para derrocar las elecciones generales de 2020.

En un documento judicial detallado de 165 páginas, Smith describió cómo Trump y sus aliados utilizaron múltiples estrategias ilegales para interferir con los resultados de las elecciones que confirmaron a Joe Biden como presidente.

La defensa legal y la batalla judicial de Trump

¿Cuál fue la respuesta de Trump a este último revés legal? Afirmó que goza de inmunidad presidencial. El expresidente insiste en que sus acciones después de las elecciones de 2020 deberían estar protegidas porque era el presidente en funciones.

El caso llegó a la Corte Suprema a principios de este año, donde dictaminó que la inmunidad presidencial se aplica sólo a “actos públicos” realizados en calidad de presidente.

Como señaló Smith, los “actos privados” no están protegidos. El fiscal especial ahora le pide a la jueza de distrito Tanya Chutkan que haga una distinción clara entre ambos.

El presunto aspirante presidencial actuaba como candidato, impulsando su propia agenda para mantenerse en el poder. Él y su equipo supuestamente intentaron anular los resultados de las elecciones de 2020 en siete estados clave: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin.

Smith señaló que Trump no tuvo ningún papel oficial en el proceso de recuento de votos. Tres días antes de las elecciones, uno de sus aliados dijo a sus partidarios que:

“Trump simplemente va a declarar la victoria. Eso no significa que sea el ganador, simplemente lo va a decir”.

A partir de ahí, el plan fue creciendo como una bola de nieve. En diciembre, los abogados de Trump ya estaban presionando a los funcionarios de Michigan para que anularan los resultados electorales.

Incluso afirmaron que la legislatura de Georgia estaba dispuesta a cambiar los resultados a favor de Trump. Según el expediente, el propio expresidente participó personalmente en llamadas telefónicas con legisladores republicanos en Pensilvania.

En esas llamadas, supuestamente les ordenó “dar la vuelta” a los resultados.

Los problemas legales siguen creciendo

Desde que dejó el cargo, Trump ha enfrentado cuatro cargos penales diferentes. Estos casos no desaparecerán y ninguno se resolverá antes de las elecciones de 2024.

Los casos más publicitados se relacionaron con pagos a cambio de silencio durante su estancia en Manhattan. Aunque fue condenado, la sentencia no se conocerá hasta después de las elecciones.

Trump también fue acusado de malversar documentos clasificados. Un juez de Florida desestimó ese caso.

Trump, que no se queda callado, recurrió a su plataforma Truth Social para despotricar contra el Departamento de Justicia, calificándolo de “trabajo sucio” por parte de los demócratas.

“Esto constituye una flagrante MALA CONDUCTA FISCAL y no debería haberse publicado justo antes de las elecciones”.

Dice que el Departamento de Justicia está siendo “utilizado como arma” contra él y que sus enemigos están “EMPEÑADOS” a mantenerlo alejado del poder.

Luego agregó que, “YA SEA QUE AHORA ESTÉN TOTALMENTE DESMENTIDAS RUSIA, RUSIA, RUSIA, IRÁN, IRÁN, IRÁN, UCRANIA, UCRANIA, UCRANIA, 51 AGENTES DE INTELIGENCIA, ESPIANDO MI CAMPAÑA, ENGAÑO DE IMPEACHMENT NÚMERO UNO, ENGAÑO DE IMPEACHMENT NÚMERO DOS, O CUALQUIERA DE LAS OTRAS ESTAFAS, ESTA ACCIÓN ILEGAL TOMADA POR EL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA, INCLUYENDO SU REDADA EN MAR-A-LAGO POR UN CASO QUE FUE DESESTIMADO, TERMINARÁ COMO TODAS LAS DEMÁS, CON UNA VICTORIA COMPLETA PARA EL ‘PRESIDENTE DONALD J. TRUMP’”.

Terminó su discurso negando nuevamente cualquier irregularidad y afirmando que no manipuló las elecciones de 2020. En cambio, dice, “lo hicieron”.