Estonia shows AI-powered decentralized networks could transform US policy

Cointelegraph · 2024-09-29T23:00:57.000Z

In the early 1990s, Estonia emerged from the collapse of the Soviet Union as a newly independent nation. At a time when many former Soviet republics were focused on rebuilding their economies and governance structures, Estonia recognized a unique opportunity: the potential of digital technology to drive its transformation. This small Baltic nation saw the internet not just a tool for communication but a means to reimagine governance, citizen engagement, and economic growth. This decision to embrace the internet early and fully was not just born out of necessity but was fueled by the belief that technology could play a central role in shaping the nation’s future. Estonia’s transformation became known as e-Estonia — a digital society built on the foundations of the internet. This past 30 years hasn’t just been about adopting new tools and platforms. It was about using the internet to create a more democratic, transparent, and efficient society. Citizens have been given the ability to vote online, pay taxes, sign legal documents, and access nearly all government services (except divorce filings). This digital infrastructure increased transparency and accountability, while making government services more accessible to all citizens. And it made Estonia one of the most technologically advanced societies in the world. Christopher Koopman is a guest columnist for Cointelegraph and the CEO of the Abundance Institute. He was previously the executive director at the Center for Growth and Opportunity at Utah State University, and a senior research fellow and director of the technology policy program at the Mercatus Center at George Mason University. He is currently a senior affiliated scholar with the Mercatus Center and a member of the IT and Emerging Technology Working Group at the Federalist Society’s Regulatory Transparency Project. This article is for general information purposes and is not intended to be and should not be taken as legal or investment advice. The views, thoughts, and opinions expressed here are the author’s alone and do not necessarily reflect or represent the views and opinions of Cointelegraph.

A principios de los años 1990, Estonia emergió del colapso de la Unión Soviética como una nación recién independizada. En un momento en que muchas ex repúblicas soviéticas estaban concentradas en reconstruir sus economías y estructuras de gobierno, Estonia reconoció una oportunidad única: el potencial de la tecnología digital para impulsar su transformación. Esta pequeña nación báltica vio en Internet no solo una herramienta de comunicación, sino un medio para reimaginar la gobernanza, la participación ciudadana y el crecimiento económico.

Esta decisión de adoptar Internet de forma temprana y completa no nació simplemente de una necesidad, sino que estuvo impulsada por la creencia de que la tecnología podía desempeñar un papel central en la configuración del futuro de la nación.

La transformación de Estonia se conoció como e-Estonia, una sociedad digital construida sobre los cimientos de Internet. En los últimos 30 años no se ha tratado solo de adoptar nuevas herramientas y plataformas, sino de utilizar Internet para crear una sociedad más democrática, transparente y eficiente. Los ciudadanos han obtenido la capacidad de votar en línea, pagar impuestos, firmar documentos legales y acceder a casi todos los servicios gubernamentales (excepto los trámites de divorcio). Esta infraestructura digital aumentó la transparencia y la rendición de cuentas, al tiempo que hizo que los servicios gubernamentales fueran más accesibles para todos los ciudadanos y convirtió a Estonia en una de las sociedades tecnológicamente más avanzadas del mundo.
Christopher Koopman es columnista invitado de Cointelegraph y director ejecutivo del Abundance Institute. Anteriormente fue director ejecutivo del Centro para el Crecimiento y la Oportunidad de la Universidad Estatal de Utah, e investigador principal y director del programa de políticas tecnológicas del Centro Mercatus de la Universidad George Mason. Actualmente es un académico afiliado senior del Centro Mercatus y miembro del Grupo de Trabajo de TI y Tecnología Emergente del Proyecto de Transparencia Regulatoria de la Sociedad Federalista.
Este artículo tiene fines informativos generales y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, puntos de vista y pensamientos expresados ​​aquí son solo del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.

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