A partir del 26 de septiembre de 2024, las regulaciones sobre criptomonedas en los EE. UU. estarán bajo un mayor escrutinio y aplicación por parte de las agencias federales, en particular la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). La SEC ha mantenido su postura regulatoria agresiva, centrándose en clasificar ciertos criptoactivos como valores, lo que ha dado lugar a acciones legales contra importantes plataformas como Coinbase, Ripple y otras. Esta estrategia de aplicación tiene como objetivo alinear a estas entidades con las regulaciones financieras tradicionales, en particular los requisitos para los corredores de bolsa.
Una de las principales preocupaciones gira en torno a cómo funcionan las bolsas de criptomonedas y si cumplen con las leyes de valores de Estados Unidos. La SEC se ha enfrentado a la reacción negativa de sectores de la industria de las criptomonedas, incluidas demandas que acusan a la agencia de extralimitarse, como se vio en la reciente batalla legal de la Crypto Freedom Alliance. Los interesados de la industria argumentan que la aplicación agresiva de la ley por parte de la SEC crea incertidumbre y sofoca la innovación dentro del sector.
Paralelamente, otros organismos reguladores como la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) han estado presionando para que haya una supervisión conjunta, lo que podría llevar a cambios en la forma en que se regulan los criptoactivos en las distintas agencias federales. Mientras tanto, el entorno político en los EE. UU., con las elecciones acercándose, puede dar forma a las futuras acciones regulatorias.