#Fomo No es exclusivo de los mercados. En realidad existe desde siempre y puede extrapolarse a muchas disciplinas o situaciones. Con el auge de las redes sociales, se ha convertido en un término más cotidiano, pues muchos sienten la necesidad de estar permanentemente conectados para no perderse lo que en ellas sucede. Y esto, aunque con matices, también sucede en el trading, y más concretamente en el mundo de las criptomonedas.
Proviene del acrónimo ‘Fear of Missing Out’, o lo que es lo mismo, el miedo a perderse algo o a quedarse fuera de algo que los demás sí están aprovechando.
El FOMO provoca que el inversor entre a destiempo en los mercados porque ve el precio subir y subir, y entonces comienza a perseguirlo. Es algo que nunca debe hacerse, pero cuando la emoción se apodera de la razón incluso los errores más infantiles aparecen como por arte de magia.
No es exclusivo de operaciones puntuales, el FOMO también aparece en masa en los finales de las grandes temporadas alcistas, cuando el ruido llega a cualquier rincón y hasta el menos iniciado entra al mercado porque siente que se está perdiendo algo. Es precisamente el efecto llamada que produce en los medios el que suele dar el último empujón a un activo exitoso antes de que comience a ver caer su precio, lo que provocará que muchos queden atrapados en el punto más alto. Fue precisamente su efecto el que hizo que muchos de los inversores de las criptomonedas aterrizaran en el mercado a finales de 2017, cuando Bitcóin se aproximaba a la cota ds 20.000 dólares.
#Fomo es la ansiedad de sentir que estás perdiendo un tren que ya está en marcha mientras tratas de subirte a él como sea.