Hace apenas 48 horas, el presidente ruso, Vladimir Putin, sorprendió al mundo al decir que su elección para la próxima presidencia de Estados Unidos es Kamala Harris, en lugar de su “amigo” Donald Trump. En una aparición en la televisión nacional, Putin elogió a Harris, lo que dejó a muchos preguntándose cuáles son sus verdaderas intenciones.
El expresidente Donald Trump respondió a este sorprendente giro diciendo: “No sé exactamente qué decir al respecto. No sé si me siento insultado o si él [Putin] me hizo un favor”. Los comentarios de Trump reflejan su incertidumbre sobre los motivos de Putin.
La administración Biden respondió rápidamente. John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, declaró: “Putin debería mantenerse al margen de las elecciones estadounidenses. El pueblo estadounidense decidirá quiénes serán sus propios líderes”.
Trump, por su parte, desestimó las preocupaciones sobre la interferencia rusa, calificándolas de “falsa cacería de brujas política y estafa”. Muchos creen que el apoyo de Putin a Harris tiene más que ver con causar caos en el panorama político estadounidense que con un apoyo genuino. Después de todo, Putin sonrió burlonamente mientras hablaba e incluso mencionó su risa “contagiosa”.
Rebekah Koffler, exagente de la Agencia de Inteligencia de Defensa, sugirió que Rusia podría considerar a Harris más fácil de manipular que Trump, quien siempre ha sido impredecible. Mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que las declaraciones de Putin pueden interpretarse como cada uno crea conveniente.
Putin tiene un historial de apoyo a candidatos presidenciales estadounidenses. En 2004, apoyó a George W. Bush y en 2016 elogió a Trump, lo que desató acusaciones de interferencia rusa en esa elección. También ha criticado abiertamente a candidatos que no le gustan, como Hillary Clinton en 2016 y Mitt Romney en 2012.
Trump siempre ha hablado de mejorar las relaciones con Rusia y ha dado pasos hacia la cooperación durante su primer mandato. Incluso ha afirmado que si él hubiera estado en el cargo, Rusia nunca habría invadido Ucrania. Recientemente, Trump prometió levantar todas las sanciones contra Rusia si era reelegido, argumentando que están perjudicando al dólar.
Sin embargo, incluso si Trump regresa al poder y quiere aliviar las sanciones, se enfrentará a una resistencia significativa del Congreso. Muchos legisladores insisten en que las acciones agresivas de Rusia, como la anexión de Crimea, deben abordarse antes de cualquier cambio en la política estadounidense.
Se espera que, si resulta elegida, Kamala Harris mantenga la postura dura del gobierno de Biden respecto a Rusia. Harris ha expresado abiertamente su postura sobre la agresión rusa en Ucrania y ha apoyado las sanciones contra Moscú.
El sorprendente respaldo de Putin ciertamente ha agitado las aguas, pero aún está por verse si tendrá algún impacto real en las próximas elecciones.
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