El Banco Central Europeo se está preparando para desafiar a los gigantes de pagos internacionales introduciendo su moneda digital para fortalecer la soberanía económica de Europa.

El Banco Central Europeo se prepara para desafiar los sistemas de pago dominantes de Estados Unidos y China con la introducción de un euro digital, según Piero Cipollone, miembro del comité ejecutivo del BCE. En una entrevista con Le Monde, Cipollone destacó la necesidad de que Europa cierre la brecha con Estados Unidos, en particular en el ámbito de la tecnología y la productividad.

Cipollone señaló que si bien el empleo en la zona del euro ha mejorado significativamente, el crecimiento de la productividad sigue siendo una preocupación importante, y enfatizó que las empresas europeas, a menudo más pequeñas que sus contrapartes estadounidenses, se quedan atrás en inversiones en nuevas tecnologías, lo que limita su competitividad global.

La falta de escala y la fragmentación entre países han afectado la financiación y el desarrollo de las empresas europeas, impidiéndoles competir eficazmente en el escenario internacional. Cipollone puso como ejemplo la Eurocopa de fútbol, ​​donde la compra de entradas dependía de soluciones de pago estadounidenses y chinas (como Mastercard y Alipay), lo que pone de relieve la dependencia de Europa de las infraestructuras financieras extranjeras.

“Esa es una de las razones por las que estamos trabajando en un euro digital, que sería una forma electrónica de efectivo para pagos digitales”.

Piero Cipollone, miembro del comité ejecutivo del BCE

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Para contrarrestar esto, el BCE está impulsando planes para un euro digital, concebido como una forma electrónica de efectivo diseñada para facilitar los pagos digitales. Si bien hasta el momento no se ha revelado un calendario de lanzamiento, el BCE se encuentra actualmente en medio de una fase de preparación de dos años para sentar las bases y las reglas de un posible euro digital, y se espera que se tome una decisión a fines de 2025.

Mientras tanto, las encuestas han mostrado reacciones mixtas entre los ciudadanos europeos con respecto al euro digital. Si bien casi el 90% de los hogares alemanes expresaron su disposición a adoptar una moneda digital del banco central, persisten las preocupaciones sobre la privacidad: el 8% de los encuestados temen que el euro digital pueda usarse para monitorear los pagos. El presidente del Deutsche Bundesbank, Joachim Nagel, reconoció la necesidad de una mayor educación pública sobre el tema.

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