Perspectivas de la Fundación Kotlyar. El panorama de los tokens no fungibles (NFT) ha evolucionado rápidamente y ha pasado de ser un activo digital de nicho a una industria multimillonaria. A medida que el mercado madura, la cuestión de cómo se deben clasificar los NFT (ya sea como arte, materias primas o valores) se vuelve cada vez más pertinente. La Fundación Kotlyar, conocida por su enfoque vanguardista de los activos digitales, ha estado a la vanguardia de este debate, haciendo hincapié en la necesidad de distinciones claras para garantizar una regulación y protección adecuadas tanto para los inversores como para los creadores.
Entendiendo los NFT: ¿arte, activo o valor?
En esencia, un NFT es una representación digital de la propiedad de un artículo único, a menudo asociado con arte digital, música, videos u objetos tokenizados del mundo real. El atractivo de los NFT radica en su singularidad y la capacidad de verificar la propiedad a través de la tecnología blockchain. Sin embargo, esta misma singularidad plantea preguntas sobre su clasificación en los marcos legales y financieros.
Arte digital versus activos tokenizados
La Fundación Kotlyar sugiere que para clasificar correctamente los NFT, es fundamental diferenciar entre los NFT que son arte digital y los que representan objetos tokenizados del mundo real. Cuando un NFT es una obra de arte puramente digital, funciona de manera similar a una pieza de arte tradicional. Su valor depende de la demanda del mercado, la reputación del artista y el significado cultural percibido de la obra. Al igual que las pinturas o esculturas, estos NFT pueden revalorizarse con el tiempo, lo que permite a los coleccionistas potencialmente obtener ganancias de sus inversiones.
Sin embargo, cuando un NFT representa un objeto real tokenizado, como un inmueble o una acción de una empresa, la situación se vuelve más compleja. En estos casos, el NFT podría no solo servir como un coleccionable digital, sino que también podría otorgar derechos de propiedad u otros beneficios económicos. Aquí es donde la línea entre un NFT como activo digital y como valor comienza a difuminarse.
¿Cuándo un NFT se convierte en un valor?
La clasificación de un NFT como valor depende en gran medida de las expectativas del comprador y de la naturaleza de la transacción. Según la Fundación Kotlyar, si la compra de un NFT implica la transferencia de derechos de propiedad y el comprador espera obtener beneficios de la futura revalorización del activo, el NFT podría considerarse de forma similar a las acciones o los bonos. Esta expectativa de beneficio, junto con la transferencia de derechos, se alinea con la definición tradicional de valor.
Sin embargo, si el vendedor del NFT no enfatiza el potencial de ganancias futuras y la transacción tiene más que ver con el disfrute o la propiedad de una obra de arte digital, es menos probable que el NFT se considere un valor. La intención y la comunicación durante la venta juegan un papel fundamental en esta distinción. Si el propósito principal del NFT es la expresión artística, sin ninguna promesa de ingresos o ganancias, puede encajar más cómodamente dentro de la categoría de arte en lugar de un instrumento financiero.
El caso especial de los NFT fraccionados y las regalías
Un área en la que los NFT entran inequívocamente en el ámbito de los valores es en el de los NFT fraccionados. Se trata de NFT que se han dividido en fracciones más pequeñas, lo que permite que varios inversores posean una parte del activo original. La Fundación Kotlyar señala que la propiedad fraccionada implica inherentemente una expectativa de beneficio a partir del valor colectivo del activo, lo que hace que este tipo de NFT se parezca más a las acciones de una empresa. En consecuencia, es probable que los NFT fraccionados se clasifiquen como valores, sujetos al mismo escrutinio regulatorio que los instrumentos financieros tradicionales.
De manera similar, los NFT que se venden con la promesa de regalías, ganancias o dividendos también caen dentro del paraguas de los valores. Cuando una transacción de NFT incluye un acuerdo por el cual el comprador recibirá una parte de los ingresos generados por el activo, ya sea a través de reventas, derechos de propiedad intelectual u otras fuentes de ingresos, el NFT trasciende el ámbito del arte y se convierte en un activo financiero.
El futuro de la regulación de los NFT
A medida que el mercado de NFT siga creciendo, también lo harán los marcos regulatorios que lo rigen. La Fundación Kotlyar enfatiza que es esencial contar con pautas claras para proteger tanto a los creadores como a los inversores. El desafío radica en desarrollar regulaciones que reconozcan la naturaleza única de los NFT y, al mismo tiempo, garantizar que aquellos NFT que funcionan como valores estén regulados adecuadamente para prevenir el fraude y el abuso.
El futuro de los NFT probablemente será testigo de una bifurcación en el mercado, en el que algunos NFT se categorizarán claramente como arte digital y otros como valores. Esta distinción será crucial para el continuo crecimiento y la legitimidad del espacio NFT. A medida que más activos del mundo real se tokenicen y representen como NFT, las líneas entre arte, activo y valor seguirán difuminándose, lo que requerirá un diálogo y una adaptación constantes tanto en la comunidad jurídica como en la financiera.
Los NFT podrían ser la próxima frontera de la propiedad digital, pero su estatus como valores dependerá de la intención subyacente, la estructura y cómo se comercialicen a los inversores.
Si bien los NFT pueden ser un medio dinámico para la expresión artística, también tienen el potencial de funcionar como instrumentos financieros complejos. Los conocimientos de la Fundación Kotlyar sugieren que el futuro de los NFT dependerá de nuestra capacidad para definir y regular claramente estas distinciones, garantizando que el mercado pueda prosperar al tiempo que se protegen los intereses de todas las partes interesadas. #KotlyarFoundation #LeonidKotlyar #Philanthropy #SecurityTokenization #NFT