La gente habla de amistad, pero nunca tiene tiempo para sus amigos.
Hablan de familia, pero no se reúnen con sus padres, hermanos y hermanas mientras aún tienen la oportunidad.
Hablan de salud, pero por alguna razón, les resulta demasiado difícil llevar un estilo de vida saludable y evitar el consumo de drogas, incluido el azúcar y el alcohol.
Hablan de riqueza, pero se niegan a pensar de forma independiente y a asumir riesgos reales.
Hablan de logros, pero tienen miedo de los sacrificios y los compromisos.
Hablan de superación personal, pero se niegan a hacer lo que ya saben que deberían estar haciendo.
Hablar es muy fácil. Si quieres evitar el drama, interactúa con personas que realmente hagan algo que valga la pena, que no se mientan a sí mismas y que no tengan tiempo para tonterías.