Antes de entrar en el círculo monetario, ya me había dado cuenta de una verdad profunda: en este mundo impredecible, nada es verdaderamente eterno. Lo que consideramos “posesión” es a menudo sólo un estado temporal que puede perderse en cualquier momento debido a factores imprevistos. El dinero es el objetivo que persigue la mayoría de la gente, pero ¿es realmente lo mismo dinero que riqueza? Este no es el caso. El dinero es sólo un símbolo dado por la sociedad y su valor depende de la protección y el apoyo de la coerción. Una vez que ese apoyo cambia o desaparece, también lo hace el valor del dinero.
El mismo principio se aplica a los bienes raíces. Puedes vivir en él, pero eso no significa que tengas control absoluto. Una vez que la situación cambie, estos activos fijos pueden perder su valor. En cuanto a esas joyas aparentemente preciosas, jades, antigüedades, etc., aunque se consideran símbolos de riqueza en una sociedad pacífica, en momentos críticos pueden ser mucho menos útiles que un trozo de pan. El valor de estos artículos sólo se reconoce dentro de un sistema social específico y a menudo conduce a riesgos y desastres innecesarios. Sin una protección adecuada por la fuerza, cuanta más riqueza haya, mayor será el riesgo.
Vivimos en un sistema artificialmente construido de crecimiento exponencial que depende del saqueo interminable de recursos y del mantenimiento del poder. En un entorno así, ¿la riqueza que perseguimos es realmente riqueza real? ¿O es sólo una burbuja de corta duración? Tus valores determinan tu destino, por lo que vale la pena reflexionar sobre esta pregunta para cada uno de nosotros: ¿Qué tipo de riqueza quieres realmente perseguir? ¿Es un valor eterno que puede resistir la prueba del viento y las olas, o es un símbolo que puede perderse en cualquier momento?
Pensar en esto puede hacernos más decididos en nuestras elecciones en medio de los altibajos del círculo monetario.