El desarrollo de la gigafábrica de Tesla cerca de Berlín se ha convertido en un punto de conflicto en el debate en curso sobre los costos ambientales de promover una economía verde.
Según un reciente análisis satelital realizado por la empresa de inteligencia ambiental Kayrros, la construcción de esta enorme instalación ha resultado en la tala de aproximadamente 500.000 árboles, que cubren un área de 329 hectáreas (813 acres) entre marzo de 2020 y mayo de 2023.
La fábrica, destinada a ser una piedra angular de las operaciones europeas de Tesla, ha estado envuelta en controversia desde su inicio. Los activistas ambientales han expresado una fuerte oposición, argumentando que el proyecto contradice los principios de sostenibilidad que la empresa dice defender.
Estas protestas han variado desde manifestaciones pacíficas hasta acciones más extremas, como el incendio de una torre de electricidad, que detuvo temporalmente la producción en la planta en marzo.
Elon Musk, el franco director ejecutivo de Tesla, no ha eludido la controversia. Ha criticado públicamente a las fuerzas de seguridad locales por lo que percibe como una postura indulgente hacia los “manifestantes de izquierda” que han tomado medidas agresivas para oponerse a la expansión de la fábrica.
Sin embargo, la propia empresa ha permanecido en gran medida en silencio sobre el asunto y no ha respondido a las solicitudes de comentarios sobre el impacto ambiental de sus operaciones.