Rusia está avanzando con planes para establecer dos intercambios de criptomonedas, uno en Moscú y otro en San Petersburgo, en un intento por mejorar sus capacidades de comercio internacional.
Estas bolsas operarán bajo marcos legales específicos adaptados al panorama económico y regulatorio de Rusia. La plataforma de Moscú puede integrarse con la Bolsa de Moscú existente o funcionar de manera independiente, mientras que la bolsa de San Petersburgo se basará en la Bolsa de Divisas de San Petersburgo actual.
Esta iniciativa es parte de una estrategia más amplia para aumentar la influencia de Rusia en el mercado global de criptomonedas y proporcionar nuevas herramientas financieras en medio de un entorno económico desafiante.
Junto con estos intercambios, Rusia también está explorando la creación de una moneda estable vinculada al yuan chino y a la canasta de monedas BRICS, una medida que apunta a diversificar sus conexiones financieras con economías globales clave.
Sin embargo, el proceso de lanzamiento de estas monedas estables puede encontrar obstáculos importantes, en particular en lo que respecta a su liquidez y convertibilidad. Expertos como Oleg Ogienko de BitRiver han señalado que, según la legislación rusa, las monedas estables se consideran activos financieros digitales porque dependen de una entidad emisora para mantener su valor.
En un principio, las nuevas plataformas de intercambio y las monedas estables estarán disponibles principalmente para las grandes empresas, y más adelante podrán acceder a ellas las empresas más pequeñas y los usuarios individuales. Si bien estos avances podrían dar un impulso muy necesario al mercado de criptomonedas de Rusia, los expertos son cautelosos.
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