Ese día, me senté frente a la computadora, mirando la curva de precios de los tokens Neiro, con emociones encontradas. Hace unos días, el mercado estaba en crisis y el precio de Neiro estaba cayendo por completo. Empecé a tocar un tambor en mi corazón, temiendo que seguir manteniéndolo causaría mayores pérdidas. A pesar de mi lucha interior, finalmente decidí cortar por lo sano y salir, pensando que al menos podría salvar parte de mi capital.

Cuando hice clic en el botón "vender", no pude decir si estaba aliviado o un poco reacio. Después de cortar la carne, he estado prestando atención a la tendencia del precio de Neiro y espero que mi elección sea la correcta. Sin embargo, inesperadamente, a los pocos días, Neiro comenzó a recuperarse con fuerza, subiendo bruscamente, volviendo al nivel alto antes de que lo vendiera, e incluso superó ese precio.

Al mirar los números crecientes en la pantalla, me sentí incómodo, como si alguien me hubiera apuñalado en el corazón. La riqueza que hace unos días estaba claramente en sus manos se ha convertido ahora en un espejo. Lamento mi vacilación inicial, lamento no haber persistido un poco más y no haber podido estabilizar mi mentalidad en la tormenta.

Los amigos compartieron las ganancias generadas por el aumento del grupo y sus risas parecieron aumentar invisiblemente mi frustración. El momento en que vendí a Neiro hace unos días seguía repitiéndose en mi mente, y cuanto más pensaba en ello, más pánico sentía.

Empecé a reflexionar sobre por qué estaba tan ansioso por cortar la carne en primer lugar. ¿Es porque tiene miedo de perder dinero o porque no puede soportar las fluctuaciones del mercado? Esta experiencia me hizo comprender que invertir no sólo requiere visión, sino también creencia firme y suficiente paciencia. En el mercado futuro, espero poder aprender de esta lección, ya no dejarme llevar por las fluctuaciones a corto plazo, aprender a mantener la calma bajo el viento y la lluvia y esperar la cosecha que realmente me pertenece.