La empresa tecnológica suiza FinalSpark lanzó recientemente un programa que permite a los científicos alquilar acceso en la nube a “biocomputadoras” hechas de células cerebrales humanas por tan solo 500 dólares al mes.
El objetivo de estos bioordenadores, según FinalSpark, es desarrollar una solución de bajo consumo y alta eficiencia para los crecientes costes asociados al desarrollo de modelos de inteligencia artificial. La empresa afirma que podría ser hasta 100.000 veces más eficiente utilizar ordenadores fabricados con material orgánico para entrenar a la IA que utilizar tecnología tradicional basada en silicio.
Según Fred Jordan, fundador de FinalSpark, Neurospark es la única empresa que ofrece acceso a computadoras hechas con grupos de células cerebrales humanas (llamadas organoides). Su tecnología puede verse en vivo en línea.
Entrenamiento de las células cerebrales
Los métodos tradicionales para entrenar modelos de IA a menudo incluían una técnica llamada “aprendizaje de refuerzo”, en la que se le otorgaba a un modelo de IA una recompensa por completar una tarea. Por lo general, esta llamada recompensa es simplemente un valor numérico que se utiliza para ayudar a calibrar qué tan cerca estaba el comportamiento del resultado esperado.
Sin embargo, para proporcionar refuerzo positivo y negativo al entrenar modelos de IA hechos de neuronas dentro de organoides, los científicos tienen que usar técnicas que funcionan en las células cerebrales. Esto implica alimentar a las neuronas con dopamina (una molécula asociada con la recompensa) como refuerzo positivo y una señal eléctrica como refuerzo negativo.
IA de vida temporal
FinalSpark afirma que sus organoides pueden “vivir” hasta 100 días. En teoría, esto significa que un sistema de IA podría entrenarse y funcionar durante unos meses antes de tener que trasladarse a otro clúster o perderse para siempre.
A escalas más largas, tal vez podría llegar a ser posible crear sistemas de IA con una vida útil similar a la nuestra como método para alinear la experiencia de la inteligencia artificial con la de la humanidad.
También es hipotéticamente posible que, algún día, podamos construir cadenas de bloques que funcionen en ordenadores fabricados con material orgánico.
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