El 7 de agosto, Morgan Stanley, una de las principales empresas de gestión de patrimonios, comenzó a permitir que sus 15.000 asesores financieros ofrecieran dos ETF de Bitcoin al contado a sus clientes cualificados. Estos ETF, iShares Bitcoin Trust de BlackRock y Wise Origin Bitcoin Fund de Fidelity, representan un hito importante en la integración de Bitcoin en las finanzas tradicionales. Esta medida subraya la creciente aceptación de los activos digitales, incluso entre las instituciones financieras tradicionales que históricamente se han acercado a las criptomonedas con cautela.

La aprobación por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) de 11 ETF de Bitcoin al contado el 10 de enero de 2024 marcó un momento crucial para Bitcoin. Estos ETF ofrecen a los inversores una opción más accesible, rentable y negociable para invertir en Bitcoin, sin la necesidad de poseer directamente la criptomoneda. Este avance es particularmente significativo dada la tumultuosa historia de Bitcoin, que incluye la volatilidad del mercado, el colapso de alto perfil de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX y las críticas de titanes financieros como Jamie Dimon de JPMorgan Chase y Warren Buffett de Berkshire Hathaway.

A pesar de estos desafíos, Bitcoin ha mantenido su presencia en el panorama financiero, lo que ha llevado a firmas como Morgan Stanley a explorar con cautela su potencial. Sin embargo, el enfoque adoptado por las principales firmas de gestión patrimonial de Wall Street ha sido de mesura. Firmas como Goldman Sachs, JPMorgan, Bank of America y Wells Fargo siguen restringiendo a sus asesores la promoción activa de ETF de Bitcoin, y solo facilitan las transacciones a pedido explícito de los clientes. La decisión de Morgan Stanley de seguir adelante con esta oferta, aunque sigue siendo cautelosa, marca un alejamiento de esta postura conservadora, impulsada en gran medida por la demanda de los clientes y la naturaleza cambiante del mercado de activos digitales.

La incursión de Morgan Stanley en los ETF de Bitcoin no está exenta de limitaciones. La firma apunta a una clientela específica: aquellas personas con un patrimonio neto mínimo de 1,5 millones de dólares, una alta tolerancia al riesgo y un gran interés en las inversiones especulativas. Además, estas inversiones están restringidas a cuentas de corretaje sujetas a impuestos, excluyendo explícitamente las cuentas de jubilación. Este enfoque cauteloso refleja la conciencia de Morgan Stanley de los riesgos inherentes asociados con las criptomonedas, así como su compromiso de proteger tanto a la firma como a sus clientes de la exposición excesiva a esta volátil clase de activos.

Para mitigar aún más el riesgo, Morgan Stanley ha implementado estrictos protocolos de monitoreo para supervisar las tenencias de criptomonedas de los clientes, asegurándose de que ningún individuo acumule una posición demasiado grande en Bitcoin. Esta estrategia se alinea con el objetivo más amplio de la empresa de equilibrar la innovación con una gestión prudente del riesgo.

Sin embargo, no todo el mundo considera prudente la decisión de Morgan Stanley. El 9 de agosto, John Reed Stark, ex funcionario de la División de Cumplimiento de la SEC, emitió una fuerte advertencia en la plataforma de redes sociales X. Stark, que pasó casi 20 años en la SEC, incluidos 11 años como jefe de la Oficina de Cumplimiento de la Normativa de Internet, expresó su profunda preocupación por el posible escrutinio regulatorio al que podría enfrentarse Morgan Stanley.

En su publicación, Stark predijo que la decisión de Morgan Stanley de permitir que sus corredores promocionen ETF de Bitcoin probablemente conduciría a un nivel de escrutinio sin precedentes tanto por parte de la SEC como de la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA). Advirtió que estos organismos reguladores tendrían acceso instantáneo a una amplia gama de registros, incluidos correos electrónicos, mensajes de texto, mensajes de voz y otras comunicaciones relacionadas con las ventas de Bitcoin de la empresa a inversores minoristas. Stark sugirió que identificar violaciones regulatorias en este contexto sería "como pescar en un barril", lo que indica que el departamento de cumplimiento de Morgan Stanley podría enfrentar desafíos significativos para navegar en este nuevo panorama.

Prefiero lo contrario. Asesoro a los clientes sobre los exámenes en relación con este tipo de cuestiones. Obviamente, Morgan Stanley tiene procesos para evaluar el perfil de riesgo de un cliente, software para revisar las métricas de la cartera y políticas y procedimientos para ambos. Estarán bien. Bien.

— Max Schatzow (@AdviserCounsel) 9 de agosto de 2024

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