El viernes 2 de agosto se borraron 2,9 billones de dólares de los mercados bursátiles mundiales, cuando los temores de una recesión mundial y las tensiones geopolíticas provocaron una liquidación masiva. La caída afectó a los mercados de todo el mundo y el S&P 500 se encaminó a su peor sesión en unos dos años. Las principales empresas de tecnología como Amazon, Intel y Nvidia experimentaron caídas significativas. El Nikkei 225 de Japón cayó un 5,8%, mientras que los mercados europeos y asiáticos también sufrieron pérdidas sustanciales. Los analistas atribuyen la liquidación a una combinación de datos económicos débiles de Estados Unidos, ganancias tecnológicas decepcionantes y preocupaciones sobre una posible escalada de tensiones en Medio Oriente. Esta caída del mercado es la peor desde la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.

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