Puerto Rico, una impresionante isla del Caribe, alberga una vibrante comunidad de alrededor de 3,2 millones de personas. La ciudad capital, San Juan, refleja la rica cultura de la isla. A pesar de estar más desarrollada que otras islas del Caribe, Puerto Rico todavía enfrenta desafíos económicos, y muchos residentes viven por debajo del umbral de pobreza. La economía es diversa, con un sector manufacturero fuerte y una industria de servicios en crecimiento.

Recientemente, Puerto Rico se ha convertido en un punto de acceso para los entusiastas de las criptomonedas debido a sus leyes fiscales favorables a las criptomonedas. La Ley 60, en particular, ha cambiado las reglas del juego, ofreciendo atractivos incentivos fiscales y remodelando el panorama criptográfico en la isla. Pero, ¿cómo se comparan estas regulaciones con las de Estados Unidos? Sumerjámonos y exploremos.

Las criptomonedas han sido un tema candente en Puerto Rico desde 2017, y el sector crece de manera constante a medida que más entusiastas se mudan a la isla. La Ley 60, un motor clave de este crecimiento, ofrece importantes incentivos fiscales a los residentes y tiene como objetivo atraer inversiones. La administración local apoya estas iniciativas, aunque ha habido preocupaciones sobre la gentrificación.

La Ley 60 es una medida estratégica para atraer inversiones a Puerto Rico al ofrecer atractivos incentivos fiscales a los residentes. Esta ley ofrece beneficios como impuestos cero sobre ingresos pasivos como ganancias de capital y dividendos, así como tasas bajas de impuestos corporativos y sobre la renta. Para calificar, las personas deben residir en la isla durante al menos tres años. Esta ley ha sido particularmente atractiva para los entusiastas de las criptomonedas de EE. UU., ya que les permite disfrutar de importantes ahorros fiscales mientras mantienen su ciudadanía estadounidense.

En acontecimientos recientes, San Juan Mercantile Bank & Trust International ha comenzado a operar, ofreciendo servicios de custodia y liquidación para activos fiduciarios y digitales. Además, Robinhood ha ampliado sus servicios de criptomonedas para incluir a Puerto Rico y las Islas Vírgenes de EE. UU., mejorando las opciones para los comerciantes de criptomonedas en la isla.

Puerto Rico es un paraíso fiscal para las ganancias criptográficas, especialmente en virtud de la Ley 60, que proporciona una tasa impositiva del 0% sobre las ganancias criptográficas obtenidas mediante transacciones, apuestas o minería. Las corporaciones también se benefician de una tasa impositiva baja del 4% sobre sus ingresos. Sin embargo, sólo las criptomonedas adquiridas y vendidas mientras se reside en Puerto Rico están exentas de impuestos. Este entorno favorable a los impuestos ha convertido a Puerto Rico en un destino muy atractivo para los criptoempresarios.

Con impuestos mínimos sobre actividades blockchain como la minería, Puerto Rico se ha convertido en un lugar privilegiado para las empresas de criptominería. El régimen fiscal favorable y los incentivos a los servicios de exportación hacen de la isla un lugar preferido para los mineros criptográficos, ya que ofrece impuestos significativamente más bajos en comparación con los EE. UU. continental.

El futuro parece brillante para Puerto Rico, ya que continúa atrayendo inversores y empresas criptográficas con sus regulaciones liberales. La Ley 60 ha sido fundamental para fomentar una creciente comunidad criptográfica en la isla, mostrando el impacto positivo que las regulaciones progresistas pueden tener tanto en la economía como en la comunidad local.

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