Comprender el sentimiento del mercado puede ser una herramienta poderosa para los inversores. Interpretar el estado de ánimo de hacia dónde se dirige el mercado puede permitirle sacar provecho de la dirección cambiante. Entonces, ¿qué es el sentimiento del mercado y cómo operar con él?
‘A corto plazo, el mercado es una máquina de votar, pero a largo plazo es una máquina de pesar’, – Benjamin Graham, reconocido inversor considerado el padre de la inversión en valor.
¿Qué opinas sobre los mercados financieros? ¿Crees que subirán o bajarán en el futuro? Si puedes responder a esa pregunta, entonces ya entiendes cuál es tu opinión personal sobre los mercados financieros, ya sea que operes con acciones, divisas u otros valores.
Los mercados financieros se alimentan de emociones y esta es una de las principales razones por las que los inversores pueden encontrar oportunidades para operar. Tomemos como ejemplo las acciones: una de las principales razones por las que los precios de las acciones no necesariamente coinciden con el valor contable de la empresa es porque los inversores van más allá de los fundamentos de la empresa y calculan su sentimiento, que puede verse influenciado por todo tipo de factores.
Esto muestra la importancia y el impacto del sentimiento en los mercados, pero también resalta la necesidad de combinarlo con otras medidas como el análisis técnico o el análisis fundamental.
Comprender el sentimiento del mercado es una cosa, pero operar con él es otra. Evaluar el sentimiento del mercado como parte de su estrategia de trading solo vale la pena si puede usarlo para adelantarse al juego y realizar operaciones antes que el resto del mercado. Existe una gran diferencia entre cómo se siente el mercado ahora y cómo se siente sobre el futuro, y solo esto último brinda a los inversores una oportunidad de operar. En términos simples, debe usar el sentimiento del mercado para identificar tendencias y sumarse a la tendencia antes de que sea demasiado tarde y termine operando valores cuando alcanzan su punto máximo o mínimo.
Entonces, ¿cómo se puede seguir el sentimiento hacia los mercados y cómo se negocia con ellos?
¿Qué es el sentimiento del mercado?
El sentimiento del mercado representa el estado de ánimo de los mercados financieros y el sentimiento general entre los operadores, ya sea que operen en divisas, en el mercado de valores o en cualquier otro mercado. Comprender el sentimiento le permite juzgar si un mercado se siente optimista o pesimista sobre el futuro de los precios de un valor, como una acción o una divisa, por ejemplo.
Si el mercado se muestra positivo y optimista sobre las perspectivas, se habla de un mercado alcista, y un mercado pesimista que espera que los precios caigan se habla de un mercado bajista.
Sin embargo, evaluar el sentimiento del mercado es complicado. Las actitudes y las perspectivas de un mercado están condicionadas por todo, por lo que los inversores necesitan ampliar su red para asegurarse de estar lo más informados posible sobre el mercado en constante evolución en el que operan.
Además, aunque la mayoría del mercado se inclinará por un lado u otro, cada participante tiene su propia opinión sobre por qué el mercado se comporta como lo hace y hacia dónde se dirige. Si bien la opinión de la mayoría suele dictar el sentimiento general hacia un mercado, existen inversores contrarios que apuestan en contra del sentimiento dominante: cuando el mercado es optimista, un inversor contrario adoptará una visión pesimista, por ejemplo.
El sentimiento del mercado se refleja en los movimientos de precios del título en cuestión. Si los precios están en alza, esto es indicativo de un mercado alcista, mientras que si los precios están en baja, esto indica un sentimiento bajista.
El sentimiento varía según el mercado y, en algunos casos, suele estar relacionado con el otro. Cuando el sentimiento alcista comienza a surgir en un mercado, puede surgir un sentimiento bajista en otro, o viceversa.
Tomemos como ejemplo los activos refugio, como el oro. Cuando las acciones están en baja, el precio del oro suele subir, ya que los inversores buscan invertir su dinero en una materia prima que pueda mantener su valor, en lugar de arriesgar su capital en mercados bursátiles inciertos, antes de dar marcha atrás cuando las acciones se recuperan a medida que el dinero se traslada de una a otra. Una gran parte de utilizar el sentimiento del mercado para operar consiste en saber leer cuándo un mercado está a punto de dar un giro, que es donde entran en juego el miedo y la codicia.
