El oro ha servido a países e individuos como medio de intercambio durante siglos. El papel moneda emitido por los gobiernos desde el siglo XVII hasta el siglo XX se expresaba en oro y tenía un lugar importante en la economía en torno al patrón oro.

El oro también representa un producto básico utilizado en las industrias farmacéutica, de joyería y electrónica, y ha atraído la atención como método de protección contra la inflación o la recesión para inversores institucionales e individuales.

El uso frecuente de oro en el comercio internacional en los últimos años ha hecho necesario que los países tengan una reserva de oro por razones tanto económicas como políticas.

Aunque hoy en día ningún gobierno tiene que respaldar su moneda fiduciaria con oro, los gobiernos todavía apuntan a aumentar las reservas de oro contra la hiperinflación o los riesgos geopolíticos.

En este contexto, las mayores economías del mundo también guardan oro en sus cajas fuertes.