Las palabras del noble hombre que me ayudó a llegar a la cima me recordaron profundamente:
"Lo que le falta a la gente común no son recursos, sino guías para el crecimiento. Por eso debemos aprender a encontrar a nuestra propia gente noble".
¿Cómo encontrarlo? En pocas palabras, sólo tres puntos.
1. Experimentar muchas cosas y conocer mucha gente.
Toda sabiduría se realiza en el polvo. No hay palabra en este mundo que pueda darte iluminación. Lo que verdaderamente puede iluminarte sólo puede ser una experiencia. Y esa frase fue sólo una cerilla encendida en el almacén de pólvora.
2. Pensar en “cambiar de dimensión”
Si abres un restaurante al costado de una carretera nacional, por muy buena que sea la comida, solo vienen unas pocas personas. Si construyes un baño y dices que es gratis, la gente vendrá en un flujo interminable.
Para muchos problemas, si cambia la dimensión, es posible que obtenga resultados inesperados.
3. Revisión continua
La brecha entre las personas no proviene de la edad ni de la experiencia, sino de la capacidad de resumir, reflexionar y sublimar.
Sólo a través de la revisión podemos saber qué hemos hecho mal y debemos mejorar, y qué hemos hecho bien debemos mantener.
Una vez que una persona está iluminada y tiene la capacidad de ver a través de los fenómenos para ver la esencia, pronto podrá elevarse a un gran nivel y ampliar la brecha entre las personas que son ignorantes y están ocupadas todo el día.
