La vida de Bill Morgan ha estado llena de suerte, tanto buena como mala. Debería haber muerto en junio de 1998 y así fue durante 14 minutos. Pero de alguna manera los médicos lograron reanimarlo después de que sufriera un ataque cardíaco y pasara 15 días en coma. A Morgan, que entonces tenía 37 años y vivía en un camping en los suburbios de Melbourne, lo calificaron de "milagro médico".

Bill Morgan decidió probar suerte en la lotería. Compró un boleto de raspadito y ganó al instante un automóvil, que en ese momento valía unos 30.000 dólares australianos. Bill estaba muy contento, como era de esperar.

Este afortunado giro de los acontecimientos pronto llamó la atención de una estación de noticias de Melbourne. Decidieron cubrir la historia de Bill, y aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. Mientras filmaban una recreación de su victoria, Bill compró otro boleto de raspadito que resultaría ser su mayor sorpresa hasta el momento: acababa de ganar 250.000 dólares australianos, en vivo por televisión.

La extraordinaria victoria y la posterior llamada a su prometida para decirle que podía comprar una casa se mostraron en el noticiero vespertino de Nine en Melbourne, y luego en todo el mundo a través de CNN y la BBC. Cuando Daily Mail Australia se puso en contacto con Morgan, que ahora tiene 59 años, para decirle que había vuelto a ser una estrella, dijo que todavía compra billetes de lotería, pero que no ha tenido la misma suerte con la lotería ni con su salud.

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