Las criptomonedas son, por supuesto, un futuro brillante.
Un futuro en el que uno de cada dos proyectos resulta ser una pirámide financiera y una estafa, y el primer inversor acaba con los bolsillos vacíos. ¿Por qué no?
La regulación es para débiles, pero vivir en un mundo donde cualquiera puede crear una “ficha revolucionaria” desde cero y luego desaparecer con su dinero es, por supuesto, ¡libertad!
Imagínese cuánto más conveniente es vivir sin reglas: ¿quiere cobrar millones a personas ingenuas?
¡Por favor! Digamos que su token salvará el planeta, grabará un par de hermosos videos en YouTube, mostrará la cara bien alimentada y los ojos astutos del autor intelectual del proyecto, y eso es todo: puede limpiarlo y desaparecer de manera segura. ¿Por qué necesitamos leyes y control, verdad? Que cada uno se arregle solo.
Pero aquí está el problema: estos proyectos “gratuitos” han convertido el mercado de las criptomonedas en un circo, donde los payasos no hacen reír a la gente, sino que roban bolsillos.
Y, aparentemente, sin medidas estrictas en forma de regulación, este espectáculo durará para siempre. Es hora de introducir reglas para que los estafadores no desaparezcan con el dinero de otras personas, sino que vayan a donde pertenecen: a la cárcel.
#скам #мошенничество