Introducción Desde su creación en 2009, Bitcoin ha seguido creciendo y ha captado la atención de personas de todo el mundo. Sin embargo, con su ascenso a la prominencia, han surgido varios mitos y conceptos erróneos. En este artículo, desacreditaremos los 15 mitos principales que rodean a Bitcoin, arrojando luz sobre la realidad detrás de cada uno de ellos. Mito 1: Bitcoin es anónimo y perfecto para los delincuentes Contrariamente a la creencia popular, las transacciones de Bitcoin son seudónimas pero no completamente anónimas. La mayoría de las direcciones de billeteras de Bitcoin no tienen un nombre adjunto, pero todas las transacciones se registran en la cadena de bloques, que funciona como un libro de contabilidad público y transparente. Esta transparencia dificulta que los delincuentes operen sin dejar rastro. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley utilizan activamente el análisis de blockchain para rastrear actividades ilícitas, lo que da como resultado numerosos procesamientos exitosos. Mito 2: Bitcoin es un esquema Ponzi A Bitcoin se le suele etiquetar como un esquema Ponzi, pero esta afirmación es engañosa. Un esquema Ponzi implica utilizar fondos de nuevos inversores para pagar a los existentes, y el operador se queda con la mayor parte de los fondos recaudados. Bitcoin, por otro lado, es una moneda digital descentralizada con una utilidad genuina. Si bien existen proyectos fraudulentos ocasionales en todos los sectores financieros, aplicar la etiqueta Ponzi a toda la industria de las criptomonedas es un error que simplifica demasiado una realidad compleja. Mito 3: Bitcoin es malo para el medio ambiente La idea errónea de que Bitcoin es intrínsecamente malo para el medio ambiente proviene de su proceso de minería que consume mucha energía. Sin embargo, la comparación del consumo de energía de Bitcoin con los sistemas financieros tradicionales o los electrodomésticos a menudo está distorsionada. Las redes blockchain consumen menos energía que la mayoría de los sistemas financieros tradicionales y el uso de fuentes de energía renovables para la minería va en aumento.