Las monedas estables pueden desempeñar un papel importante en el mantenimiento del estatus del dólar estadounidense como moneda de reserva global dominante, como se describe en un artículo publicado por el ex director de la OCC, Brian Brooks, y el ex economista jefe de la OCC, Charles Calomiris. Los autores presentan estas criptomonedas estables como herramientas potenciales para contrarrestar el proceso de desdolarización global, actuando como catalizadores de la demanda de dólares en los países en desarrollo, incluso en ausencia de un respaldo oficial de los dólares por parte de sus gobiernos.

Los ejemplos de Argentina y Venezuela ilustran este punto. En estos países, la alta inflación lleva a los ciudadanos a tratar de reducir su dependencia del dólar, pero al mismo tiempo lo utilizan como un medio para proteger sus ingresos y ahorros de la devaluación.

Ante la incertidumbre sobre el almacenamiento de fondos en moneda local en cuentas bancarias locales, un número cada vez mayor de ciudadanos en países afectados por la inflación están recurriendo a monedas estables respaldadas en dólares como una forma alternativa de ahorro.

Además, los autores también abordan la cuestión de la disminución del uso del dólar estadounidense como moneda de reserva. En su opinión, "la pérdida del estatus del dólar como moneda de reserva tendría un impacto negativo en los Estados Unidos. Mantener este estatus ayuda a mantener bajos los costos de endeudamiento a nivel interno, lo que es particularmente crucial ante niveles récord de deuda y gasto público que siguen aumentando".