La próxima versión digital del euro ha sido un tema ampliamente debatido en los últimos años. El compromiso de la UE con un euro digital, visto como la respuesta de Europa al auge de las monedas digitales y un intento de modernizar su sistema monetario, ha despertado expectativas y escepticismo.

A medida que se intensifica la carrera mundial para lanzar una moneda digital del banco central (CBDC), los economistas europeos están preocupados por el diseño y las intenciones del enfoque del Banco Central Europeo (BCE) respecto de una moneda digital del banco central (CBDC).

Opciones de diseño cuestionables

Muchos expertos financieros y académicos que han seguido de cerca el viaje han expresado su preocupación sobre si el proyecto realmente atenderá al público o servirá principalmente a intermediarios bancarios. Un nuevo informe de los economistas Cyril Monnetm y Dirk Niepelt de la Universidad de Berna se centra en los defectos de diseño de los planes CBDC.

En un informe completo escrito por Monnetm y Niepelt, el BCE puso bajo escrutinio crítico las opciones de diseño para un euro digital. Los investigadores señalaron:

Las opciones de diseño del proyecto plantean interrogantes sobre los objetivos y la estrategia del BCE. Por tanto, es probable que el euro digital muera tan pronto como llegue.

Un punto clave de discordia mencionado en el informe se refiere al diseño del euro digital, que está fuertemente inclinado a proteger a los bancos intermediarios.

Tales opciones, incluidos límites a las tenencias de varios miles de euros para los consumidores e incluso límites más bajos para los comerciantes (en algunos casos cero), podrían hacer que las CBDC sean menos atractivas para su adopción generalizada, según el informe. Los autores expresan su preocupación de que el BCE considere que estas características restrictivas son permanentes y no temporales.

Beneficios del banco intermediario: ¿posibles barreras?

Ambos analizaron aún más el compromiso público del BCE de "no dañar a los bancos y proteger sus modelos de negocio". Esta intención se vuelve problemática cuando uno se da cuenta de que una parte importante de las ganancias de los bancos provienen de la prestación de servicios de pago.

Esto plantea la pregunta: ¿Promocionarán realmente los bancos monedas digitales que podrían socavar sus propios flujos de ingresos?

Como destaca el informe:

Los bancos no tienen ningún interés en que florezca un euro digital a menos que los servicios bancarios digitales relacionados con el euro, como la incorporación o la gestión de billeteras, demuestren ser más rentables.

El informe revela además otro posible peligro de un euro digital: los planes de imponer primas de tipos de interés negativos durante las dificultades financieras. Es comprensible que esta medida podría hacer que un euro digital sea menos atractivo para los intermediarios, lo que haría más desafiante su implementación exitosa.

Además, en un mundo donde la experiencia del usuario es primordial, la conveniencia supuestamente “insatisfactoria” del euro digital podría ser un gran inconveniente. Los investigadores creen que las soluciones del sector privado podrían eclipsar al euro digital en términos de facilidad de uso.

Más allá de eso, dado el sentimiento prevaleciente, muchos ciudadanos europeos pueden tener reservas sobre el compromiso del BCE con la privacidad y la resistencia a la censura.

Actualmente, el proyecto del euro digital todavía se encuentra en sus etapas de formación. Si bien los funcionarios del BCE han fijado con optimismo el año 2027 como la fecha de emisión más temprana posible, el camino hacia la emisión ya parece estar plagado de problemas y desafíos. #数字欧元 #欧盟